El pasado 15 de agosto el hombre protagonista de esta historia agredió a la víctima cuando esta llegó a la casa que ambos comparten. «Después de decirme ‘a callar, coño’, empezó a darme empujones, golpes, me intentó quitar el móvil. Yo tenía sangre y arañazos», explica la mujer a El Mundo.

Fue entonces cuando decidió acudir al hospital para presentar un parte de lesiones con el que poner una denuncia por violencia machista ante la Policía. Sin embargo, los Mossos d’Esquadra no pudieron cursarla ya que el agresor se había cambiado de género cinco meses antes, en marzo. 

Ella, tal como explica El Mundo, no tiene acceso a una orden de alejamiento porque, a ojos de la Justicia, el conflicto que asegura sufrir es el mismo que pueda darse, por ejemplo, entre hermanos mal avenidos así que está condenada a seguir atada a Agustín. Conviven en la misma casa porque su pensión de jubilación no contributiva le impide irse.

La mujer era conocedora de los deseos transexuales de su expareja –de hecho fueron los que desencadenaron en un primer momento en las discusiones y vejaciones–, pero no lo era del cambio de nombre que el agresor había solicitado y ejecutado en el Registro Civil.

El mismo mes de agosto hubo más desencuentros. «Me dejó fuera del piso más de cinco horas. Tuvieron que venir los mossos y tampoco quería abrir. Cuando lo hizo, los mossos ven a un hombre vestido de hombre pero no pueden actuar».

En este proceso, Carmen está representada por la letrada Meritxel Cabezón y la asesora jurídica Nuria González que, además, son activistas feministas. Ambas dudan de la validez de los documentos que Agustín llevó al Registro Civil y ponen en la picota, en base a su caso, la nueva ley trans aprobada en el Consejo de Ministros y que actualmente tramita el Congreso.

«Ella ahora no tiene derecho a nada y no sólo a nivel penal sino también social», alerta Cabezón. «Como estrategia de defensa sirve pero es peligroso», añade. Al igual que González advierte de las posibles consecuencias de la nueva normativa. «Pervierte el fin de la norma y desprotege a las mujeres. Es una barbaridad», finaliza.

Es esa desprotección de la mujer y la pulverización del "significado de la palabra mujer" lo que enfrente a feministas en torno a la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres con el Ejecutivo Sánchez al que acusan de "haber cedido a las presiones de colectivos minoritarios", con una ley "temeraria" que "destroza" los derechos de la mujer. 

El caso del que informamos en esta ocasión no es el único que hemos tratado en Hispanidad. Por ejemplo, el de Jonatan de Jesús R.S., acusado de asesinato, allanamiento de morada y agresión sexual contra su prima, Vanessa Santana, a quien mató a golpes con un martillo mientras dormía en su domicilio. Durante el juicio, Jonatan de Jesús se declaró mujer de forma sorpresiva, pidiendo ser llamado Lorena durante las vistas

En las redes los tuiteros dejan patente una idea común... esto se veía venir: