Llevaba tiempo desaparecido y ha protagonizado uno de sus fulgurantes regresos. El ministro de Consumo nos sorprende -o no- con una nueva 'Garzonada', a saber: obligará a las casas de apuestas a identificar a las personas con «comportamientos de riesgo» para registrarlas e incluso negarles poder jugar en el futuro si pierden más de 600 euros en tres semanas, un baremo que no dependerá de los ingresos.
Imagínense la escena: propietario de una casa de apuestas observa un "comportamiento de riesgo" entre sus clientes e, inmediatamente, lo pone en conocimiento de las autoridades. Es decir, el dueño del negocio acusa a sus consumidores para que, incluso, no puedan acceder a su establecimiento, dejando él mismo de aumentar sus ingresos. Todo muy lógico, señor Garzón.
Pero, recordemos que Alberto Garzón pone en práctica aquello del puritano y comunista: persigue la publicidad sobre el juego pero no el juego. Vamos, como para perseguir a los que lo practican.