En Hispanidad contamos el caso de Miguel Ángel, que sufrió una paliza a manos de su vecino de rellano, un okupa que lleva viviendo ilegalmente en el piso desde hace tres años. Es más, el okupa denunció por daños Miguel Ángel y consiguió que en tres días se señalara un juicio rápido contra él. Ahora un nuevo caso mucho más grave da luz a la peligrosa situación que se vive con la okupación. 

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de enero en la localidad almeriense de Vícar: una mujer alertó a la Guardia Civil al encontrarse a su pareja "sin vida y con evidentes signos de violencia" en su finca. El presunto autor del crimen estaba dispuesto a huir en un taxi pirata a Huelva cuando fue sorprendido y detenido por los agentes. Actualmente se encuentra en prisión sin fianza tal y como ha dispuesto el Juzgado de Instrucción número 5 de Almería.

Al parecer, la víctima y su supuesto agresor residían desde hacía años en un mismo cortijo, ambos pagaban un alquiler como arrendaterios cada uno de una parte, hasta que la víctima decidió comprar el cortijo y le pidió en "numerosas ocasiones" al otro inquilino que desocupara la estancia. Algo que no hizo, convirtiéndose en okupa de parte de la finca. 

Fue por esto por lo que la víctima y el okupa mantuvieron una "acalorada discusión" que acabó con el okupa golpeando al dueño de la finca y asestándole varias puñaladas. 

Esta detención se produce el mismo día que la Ley de Vivienda se reactiva en el Congreso, la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Congreso ha nombrado a los miembros de la ponencia que se encargarán de redactar el informe sobre el proyecto de Ley por el Derecho a la Vivienda, y dicha ley protegerá a los okupas.