Lo contaba en su día Rocío Orizaola, en Hispanidad. Hablaba entonces de impunidad total en el caso de José que ya en abril de este año llevaba siete meses viviendo en una furgoneta porque la hija del vecino ha okupado su casa. El padre de la inquiokupa la justificaba: "Es un embustero, tiene dos pisos".

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Cuatro meses después, José sigue viviendo en su furgoneta, ahora, en verano, a 45 ... porque su okupa no abandona la vivienda a pesar de la orden judicial.