Decíamos en Hispanidad que ni el Estado se libra de los okupas: la Sareb ha detectado 3.600 "okupas hostiles" en las propiedades contra los que ha iniciado un proceso de desalojo, quizás el organismo tiene más fuerza, pero para un particular tomar la decisión de dar comienzo a este tipo de trámites puede convertirse en una pesadilla. 

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Ayer les contábamos dos casos, el de una propietaria que pese a haber perdido 50.000 euros mostraba su alegría porque, al fin, había conseguido echarlos, y otro propietario que se negaba a comenzar el proceso judicial porque significaría su ruina. 

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Y razón no les falta, sino que se le digan al propietario de unos terrenos en Ibiza que ha necesitado 12 años para conseguir echar a sus okupas. Vivían cerca de 20 personas y eran los terrenos de un antiguo restaurante, donde también aparcaron sus caravanas. 

El desalojo lo ha realizado la Guardia Civil y la Policía Local de Santa Eulària, y se personó una representación de la familia de Can Pep Marí, propietaria de los terrenos okupados. Debido a la violencia y hostilidad de los okupas, unidades antidisturbios tuvieron que unirse al dispositivo. 

Los okupas llegaron a lanzar bloques de cemento desde el tejado de la casa y amenzaron con "quemar la casa" o con "derribar los techos antes de marcharme".

Los medios de comunicación que fueron a cubrir la noticia también fueron víctimas de las amenazas: "os voy a buscar a vuestra casa, os voy a encontrar". Nieves Marí es una de las propietarias y fue a la zona acompañada de su madre y sus hermanas, allí habló con los medios locales y les confirmó que "hace 12 años que entraron en la casa, según ellos, con el permiso de nuestro difunto padre, pero es mentira, así que pusimos una denuncia y el juicio se ha venido alargando durante años" y que "lo venderemos todo, tantos años nos han dejado muy malos recuerdos que preferimos olvidarlo". 

"Ni siquiera podíamos entrar en nuestras tierras, el otro día mi sobrino quiso coger unos nísperos del árbol y le echaron de manera muy agresiva", explicó Marí. "Además,llegaron a pegarle una paliza a mi padre y uno de sus perros mordió a mi madre", "venir aquí me da mucha tristeza. Hoy voy a pasar un mal día, ha sido una agonía".