Ayer miércoles 31, denunciamos en Hispanidad que el criterio nada claro del COI acerca de la participación de trans en las categorías femeninas, y dos boxeadores, Imane Khelif de Argelia y Lin Yu-Ting de Taiwán, que fueron descalificados en el Campeonato Mundial de Boxeo Femenino 2023 organizado por la Federación Internacional por tener "cromosomas XY", habían sido autorizados por el COI para competir como mujeres en los Juegos Olímpicos. 

A pesar de haber sido descalificados hace tan sólo un año en otro torneo, ambas 'boxeadoras' van a competir en París como boxeadoras. femeninas.

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Y ayer tarde ocurrió. Angela Carini, boxeadora italiana, se vio obligada a competir contra Khelif. A los 46 segundos del inicio del combate, Carini abandonó y rompió a llorar: "Mi ha fatto malissimo (me dolió mucho)". El abandono llegó tras un derechazo brutal del argelino.

Carini levantó la mano y con cara de frustración comunicó que abandonaba, poniendo fin a su participación como olímpica: "Me subí al ring y traté de pelear, pero me dio dos golpes en la nariz y no podía respirar. Me dolía muchísimo". 

La Primer Ministro de Italia, Giorgia Meloni, no ha tardado en sumarse a la polémica: "Desde hace años intento explicar que algunas tesis llevadas al extremo corren el riesgo de impactar especialmente en los derechos de las mujeres". Meloni ha defendido que los atletas con características genéticas masculinas no deberían participar en competiciones femeninas, no por discriminación, sino para proteger los derechos de las deportistas femeninas: "es importante poder competir en igualdad de condiciones. Desde mi punto de vista, esta no fue una competencia en igualdad de condiciones". 

La transexualidad puede terminar con las competiciones deportivas... y de paso con el sentido común.