Beatriz Gimeno ha presentado su nuevo libro 'Misoginia judicial. La guerra jurídica contra el feminismo'. Según la reseña de la obra pretende ser una denuncia urgente de las nuevas violencias institucionales contra las mujeres, especialmente en el ámbito de la justicia, y de las que se siguen ejerciendo a pesar de las décadas de lucha feminista por erradicarlas. Pensemos en las dificultades de acceso iniciales de las mujeres a la judicatura; en los prejuicios y estereotipos misóginos que aún impregnan nuestras sociedades y, por tanto, también a quienes juzgan los crímenes contra las mujeres, revictimizándolas o dictando sentencias ejemplarizantes contra ellas. Algunas de estas violencias institucionales son resultado de la reacción misógina ante los sucesivos avances del feminismo, a su mayor presencia y reconocimiento social y legislativo. Gimeno alude además a resistencias son muy antiguas, como la negativa a juzgar las violaciones como un crimen contra la libertad sexual de las mujeres. Otras son nuevas y terribles, como el rechazo a reconocer y corregir la prevalencia de las agresiones sexuales a menores de edad por parte de familiares varones, lo que se refleja en el síndrome de alienación parental (SAP) y en otros subterfugios derivados de este. Gimeno muestra que las leyes que actúan contra las violencias machistas tienen un impacto limitado si el Estado no vela por su cumplimiento y si no existe una evaluación constante de su aplicación.
Esto nos recuerda a la reciente exposición de la que el Institut Balear de la Dona (IBDona, Instituto Balear de la Mujer) tuvo que retirar una viñeta en la que se mostraba a un juez en clara actitud machista. El dibujo, que formaba parte de una exposición de la autora argentina Diana Raznovich, mostraba a un magistrado diciéndole a una mujer magullada que cómo va a maltratarla su marido si ella estaba viva.
Volviendo al ejemplar de la diputada por Podemos en la Asamblea de Madrid y responsable del área de igualdad de Podemos en la Comunidad de Madrid analiza la reacción misógina encarnada en distintos procesos y sentencias judiciales, en lo que considera una guerra jurídica contra el feminismo. Igualito que Irene Montero quien recientemente ha criticado los "tres meses de retraso" del CGPJ para estudiar y opinar sobre la Ley Trans. Una demora sobre la que ha dicho que no ha sido para ella "ninguna sorpresa". De hecho, la ministra de Igualdad también lanzó críticas directas al CGPJ para presentar al órgano de los jueces como un freno para el feminismo. "No sería una sorpresa que el CGPJ se opusiese de nuevo a una ley feminista. Lo raro sería que no lo hiciera. De la Ley del matrimonio igualitario dijeron que era como proponer casar a un hombre con un animal". "De la Ley contra la violencia de género, en el informe, expresaron dudas de su constitucionalidad. De la Ley solo sí es sí, a pesar de sentencias como la de la Manada, que no era necesario poner el consentimiento en el centro del Código Penal", continuó.
Gimeno y Montero, almas gemelas... feministas y luchadoras por los derechos de la mujer.