Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Otro 'éxito' de Irene: 190 medidas cumplidas (de 290) y entre las que faltan, ocho son competencia de Justicia

El Pacto de Estado contra la Violencia de Género firmado en 2017 daba cinco años para cumplir 290 medidas encaminadas a mejorar la respuesta del Estado contra las violencias machistas. Concluido ese plazo, se han culminado el 65,5%, el 29,3% está en camino pero incompletas, el 3,2% se han incumplido y el 2% no han sido evaluadas.

El Ministerio de Igualdad, que dispone de 573 millones de euros en 2023, el presupuesto más elevado de su historia, ha informado de que 190 medidas ya se han cumplido, 85 están en proceso (se han dado pasos para su consecución, pero no se han culminado), nueve continúan pendientes y otras seis no han sido objeto de la evaluación realizada al no ser competencia de la Administración General del Estado. De hecho, recalcan desde Igualdad, frente a las 190 medidas conseguidas, en nueve no se ha dado ningún paso para su consecución: ocho son competencia del Ministerio de Justicia y la novena, de Sanidad y las comunidades autónomas. Ya saben, siempre inconmensurable Irene, si algo falla, la culpa es de todos, menos mía. 

Entre las 190 medidas cumplidas, la ley del 'solo sí es sí' -con más de 1.200 rebajas de penas a agresores sexuales y más de 120 violadores excarcelados- o la suspensión de visitas de padres maltratadores. De maltratador calificó, precisamente, Irene Montero a Rafael Marcos, exmarido de María Sevilla (asesora de Podemos y presidenta de Infancia Libre), a quien recientemente la ministra ha tenido que pagar 18.000 euros a los que le sentenció el Tribunal Supremo, por llamarle "maltratador"...

Volviendo a los resultados del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, seis años después de su aprobación, hay 85 medidas que han iniciado su recorrido, pero no lo han culminado. Destacan entre ellas la ley integral contra la trata, un plan estratégico de intervención con víctimas que retiran la denuncia, incrementar la atención a víctimas de zonas rurales, elaborar protocolos específicos para las mujeres más vulnerables o trabajar en la asistencia psicológica a agresores desde el momento de la denuncia para reducir el nivel de estrés y agresividad y reducir daños a la víctima.

Irene atraviesa un buen momento, +animada por este balance y por los ánimos que se ha traído desde Europa (España ocupa por primera vez el cuarto puesto en igualdad de género en Europa con una puntuación total de 76,4 puntos, tan sólo por debajo de Suecia, Países Bajos y Dinamarca): y se congratula porque "estamos a la vanguardia en derechos feministas y no hay mejor orgullo y mejor marca España que el feminismo, en nuestro país". 

Así que, la ministra se plantea llegar hasta el infinito y más allá, si el femismo lo requiere: