Comenzamos esta crónica semanal sobre persecución a los cristianos en Pakistán, donde una niña cristiana de 8 años, Jamaika, pudo escapar de Muhammad Amir, un vecino musulmán que intentaba violarla. Los hechos ocurrieron en el barrio de Essa Nagri, la zona de Karachi donde hay mayor concentración de cristianos. La indignación de los fieles provocó el enfrentamiento con la policía y el bloqueo del tráfico, recogió Infocatólica de Asianews.
El padre de Jamaika, Aslam Masih, recibió una llamada telefónica de su esposa Razia para informarle de lo que había ocurrido. La pequeña fue a la casa de su maestra, pero en ese momento ella había salido para hacer unos recados. Muhammad Amir, el hermano de la maestra, aprovechó la oportunidad y trató de violarla. La niña comenzó a llorar y a gritar fuerte, y consiguió liberarse y escapar.
Cuando Jamaika contó cómo Amir trató de tocar partes de su cuerpo y «hacer cosas sucias», la gente de la calle comenzó a reunirse a su alrededor. La noticia se difundió inmediatamente por todo el vecindario y en pocos minutos cientos de personas se dirigieron a la casa de Muhammad Amir, lo atraparon y comenzaron a golpearlo. Al rato llegó la policía y trató de liberarlo, pero la gente también golpeó a los policías e hirió a algunos.
Finalmente llegaron más policías y consiguieron poner a salvo a Amir haciendo algunos disparos. Posteriormente, Jamaika fue trasladada al hospital Abasi Shaheed. Los médicos la examinaron y afirmaron que había habido un intento de violación. Una gran multitud del barrio se reunió frente al hospital. La gente también continuó la protesta bloqueando el tráfico y algunos rompieron con piedras las ventanas de los autos que pasaban.
La dictadura comunista china utiliza la vigilancia de alta tecnología para oprimir y controlar a los creyentes
En China, dos predicadores de la mayor comunidad eclesial evangélica de Pekín, la «Iglesia de Sión», fueron sacados por la fuerza de sus casas y fueron detenidos para ser interrogados. Las autoridades del Partido Comunista de China les obligaron a cerrar su templo hace más de tres años, publica Infocatólica.
La Iglesia de Sión, establecida en 2007, era la mayor comunidad eclesial protestante no oficial de Pekín a la que acudían 1.500 feligreses cada domingo. En septiembre de 2018, las autoridades de la ciudad obligaron a la iglesia a cerrar y confiscaron «materiales promocionales ilegales».
Las comunidades y templos protestantes son vigilados y clausurados en todo el país, tanto si son clandestinos como si forman parte del Movimiento Patriótico de las Tres Naciones, la iglesia protestante oficialmente autorizada en China. La dictadura comunista china también ha utilizado la vigilancia de alta tecnología para oprimir y controlar a los creyentes.
Otras medidas de represión contra los cristianos han consistido en ordenarles que renuncien a su fe y que sustituyan las imágenes de Jesús por retratos del presidente Mao y del presidente Xi Jinping.
Además, las autoridades comunistas retiraron las aplicaciones bíblicas de la App Store de China, y las Biblias en papel tampoco están ya a la venta online. En China, las aplicaciones bíblicas sólo pueden descargarse con el uso de una VPN.
La ONU no hace nada por defender a los cristianos congoleños asediados por los terroristas islámicos
Y en la República Democrática de El Congo, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) señaló que el obispo de la Diócesis de Butembo-Beni, al este del país, denunció la incapacidad del gobierno para frenar el avance del terrorismo islámico, que está devastando los hogares, recoge Aciprensa.
Monseñor Paluku Sikuli Melchisédech denunció la total ineficacia de la misión del mantenimiento de la paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, critica al gobierno por los perpetuos y constantes conflictos que nunca han sido resueltos en el país. Para el Prelado, el Estado es débil o es cómplice del terrorismo islámico.
Explicó que la situación es crítica, pues los terroristas islámicos expulsan a las poblaciones autóctonas de sus hogares y los traficantes explotan los recursos minerales del país sin impedimento alguno del gobierno, señaló ACN.
Para Monseñor Sikuli “existe un proyecto a gran escala de islamización o expulsión de las poblaciones autóctonas”. “Cuando hace veinte años fui consagrado obispo, ya se hablaba de la ‘balcanización’ de la región, y considero que la expresión sigue siendo válida”, afirmó.
En cualquier caso, urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su fe en Cristo.