Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Pakistán, donde un tribunal ha sentenciado a muerte a una madre cristiana por supuestamente reenviar por redes sociales contenidos «despectivos» sobre el profeta Mahoma.

La madre se llama Shagufta Kiran, tiene 40 años y cuatro hijos, y fue condenada por el tribunal de la Agencia Federal de Investigación basándose en las leyes de blasfemia vigentes en el país, que muchas veces son utilizadas por los musulmanes para atacar injustamente a los cristianos. 

Su abogado, Rana Abdul Hameed, declaró: «Creemos que es una sentencia errónea basada en prejuicios. El juez no se molestó en examinar las pruebas ni en realizar un análisis adecuado». Su defensa y aha anunciado que recurrirá la sentencia de muerte ante el Tribunal Superior de Islamabad. 

Shagufta Kiran había sido acusada por un musulmán por el supuesto delito citado anteriormente. Tras la acusación fue detenida en julio de 2021 y desde entonces se desarrolla su procesamiento judicial. 

La hija de Kiran, Nihaal Shagufta, de 20 años, declaró a UCA News que la última vez que vio a su madre fue en 2023: «Lloré mucho, pero ella me consoló. Mi padre tuvo que dejar su trabajo como contratista de obras. Intentó seguir trabajando, pero un conocido musulmán le advirtió que no lo hiciera»,

Nuestro siguiente destino es Yemen, donde los cristianos están siendo perseguidos por las autoridades musulmanas. 

En una conversación con ACI Mena, Badr, una mujer católica yemení, explicó que cuando los Hermanos Musulmanes llegaron al poder, “nos obligaron a usar el hiyab”. “El gobierno nos prohibió oficialmente celebrar la Misa de medianoche en Navidad y la víspera de Año Nuevo. Los cristianos aceptaron la situación y no alzaron la voz. Algunos emigraron, otros cambiaron de religión, temiendo perder sus hogares y empleos. Muchos practicaban su fe a puertas cerradas en una época en la que la Iglesia no apoyaba a los jóvenes ni trabajaba en fortalecer a las familias”.

Y prosiguió: “Después de 1994, las autoridades intentaron convertir a Yemen en un estado islámico. Borraron nuestra identidad como cristianos y se negaron a escribir ‘cristiano’ en los documentos. Los cristianos tenían que escribir ‘musulmán’ o dejar el espacio en blanco. Nos acusaban de ser ‘residuos del colonialismo británico’ y decían que ‘Estados Unidos nos financiaba’. Los maestros me presionaban para cambiar de religión y me obligaban a leer el Corán diariamente. Cuando obtenía la máxima calificación en educación islámica, me bajaban las notas porque me decían que ‘un cristiano no podía ser igual a un musulmán’”.

Badr explicó que la peor etapa para los cristianos fue a raíz del comienzo de la guerra en 2015, cuando se decretó el cierre de las iglesias: “Después de que se nos prohibió rezar, comenzamos a rezar en secreto en el convento de las monjas”. “Desafortunadamente, todas las monjas fueron asesinadas. El sacerdote fue secuestrado. Las iglesias fueron robadas y algunas fueron vandalizadas”, prosiguió. 

Cristianos de Vietnam

Nos vamos ahora a Vietnam, donde un matrimonio cristiano perdió su casa y su comunidad por seguir a Jesús y ser fieles a sus creencias cristianas.

La historia la cuenta Puertas Abiertas. El matrimonio vivía en una aldea y trabajaban el campo y el ganado. Tras la llegada de un misionero, ambos se convirtieron al cristianismo y comenzaron a frecuentar la iglesia con otros fieles de localidades cercanas. 

En esa aldea, la religión dominante es el animismo, una creencia que considera que todo tiene alma, lo cual choca con la fe cristiana y por eso empezaron a sufrir hostilidad cada vez más creciente por parte de los vecinos. 

Hasta que en una noche del pasado mes de mayo, el líder local y efectivos de la policía les ordenaron su marcha del pueblo. Al principio se negaron, pero el colectivo de vecinos que se habían concentrado frente a su hogar terminaron por derribar la casa. Así que finalmente tuvieron que emprender su huida. 

Por fortuna, un pastor cristiano y la comunidad de los creyentes en Cristo les ayudaron y les ubicaron en un lugar. 
 
En este momento, el matrimonio trata de trasladar sus documentos oficiales a otra localidad. Pero las autoridades no se lo están poniendo fácil.