Yuval Noah Harari es el intelectual israelí de moda en el mundo, anglosajón. Hablo de otro protegido del Nuevo Orden Mundial (NOM), sobre todo desde que pasó del Homo Sapiens al Homo Deus... porque con lo que sueña Harari es con el endiosamiento del hombre, bueno, de la clase dirigente de la humanidad, bueno, de ellos mismos. 

Tenemos que convencernos de que el Nuevo Orden Mundial (NOM) no es una ideología más. Las ideologías clásicas se caracterizan por odiar a una parte de la humanidad y ensalzar a otra. Por ejemplo, el comunismo, que odia a los pudientes y enaltece al proletariado. Pero el Nuevo Orden Mundial no es una ideología más: el NOM odia al conjunto de la humanidad, su enemigo es el hombre y por ello ha lanzado, por ejemplo, la mayor cruzada abortera de la historia. 

No es verdad que el NOM pretenda una reducción de la población desde los 8.000 millones de seres humanos a los 1.000. Eso sólo es el comienzo. El objetivo final del NOM es la destrucción de la humanidad propiamente dicha. Y esto, porque no es una ideología humana sino una perversión demoniaca.

Pero por el momento estamos en la etapa intermedia: hay que reducir el número de seres humanos, como dice Harari. ¿Para qué, para suministrarles drogas y videojuegos? Harari recuerda el viejo chiste del gitano y la guardia civil: “Que ‘güeno' que ya sólo quedemos los buenos: ustedes y nosotros". Pero el objetivo final del Nuevo Orden Mundial, contra el que debemos rebelarnos cada día, cada uno desde su trinchera, es terminar con la raza humana, en su totalidad manifiesta. Mejor que no lo olvidemos.