Los Juegos Olímpicos de París 2024 no empezaron con buen pie. A la blasfema ceremonia de apertura le siguieron la polémica por la salubridad de las aguas del Sena, las pésimas instalaciones para los deportistas o los robos que han sufrido o las sonadas 'derrotas' de la boxeadora italiana frente a uno de los boxeadores con... "cromosomas masculinos" y, otra similar, la sufrida por la boxeadora búlgara Svetlana Staneva frente a Lin Yu-Ting. En su caso, Staneva se señaló a ella misma y levantó los brazos para hacer dos veces el gesto de la 'X' con sus dedos. El ademán tiene un significado claro en referencia a sus cromosomas XX o femeninos.

Y de aquellos polvos, llegan estos lodos, en forma de persecución extrema: siete personas detenidas después de conducir por las calles de París un autobús adornado con la inscripción "Detengamos los ataques contra los cristianos". Es el autobús de la fundación CitizenGo que se lanzaba así a defender el Cristianismo y la fe: "¡Acabamos de ser humillados en el escenario mundial! Durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, nuestra fe cristiana fue burlada abiertamente de la manera más ofensiva imaginable. Fue aborrecible y repugnante ver a transexuales y drag queens desnudos profanar algo tan sagrado como la Última Cena. El insulto a nuestra fe es tan profundo que ¡debemos HACER ALGO al respecto! ¡Ya basta! Este espectáculo grotesco es una afrenta a todo lo que consideramos sagrado y no puede quedar sin respuesta". 

Pues bien, además de la detención de esas siete personas, la policía francesa ha prohibido circular al autobús que pedía que cesaran los ataques a los cristianos. Mientras, el presidente del COI, Thomas Bach, ni siquiera pidió perdón el domingo, durante una ceremonia interreligiosa, por la blasfema gala de inauguración. Puedes atacar a los cristianos, pero si los defiendes vas al calabozo. Eso es París 2024.

Mientras, algunas de las opiniones de los tuiteros:

 

Y todo esto nos lleva a recordar que lo más grave de las recientes elecciones celebradas en Francia es que el cristianismo se convierte en ultraderecha. Tampoco hay que olvidar que el exbanquero de inversión Emmanuel Macrón elevó el crimen más cobarde, el aborto, a la categoría de derecho constitucional: eso lo dice todo sobre este personajete.

Conclusión: en 1789, la Revolución destruyó la Francia católica, ahora Francia destruye la Europa cristiana bajo el principio de que cristianismo es igual a fascismo.