Hispanidad recogió de Notivida recientemente que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido el aborto libre hasta el mismo nacimiento.

Dentro de la lógica siniestra de la cultura de la muerte, el siguiente paso era lógico y fácil de adivinar: aprobar el aborto tras el nacimiento, porque no interesa —por las razones que sean— que haya nacido o que siga viviendo. Para ello se deja morir de inanición al niño (de hambre y sed) y tira millas.

Semejante salvajada ya se está proponiendo. Por ejemplo, en EEUU, Hispanidad recogió que los estados de Maryland y California tramitan proyectos de ley para dejar morir de inanición (o sea, de hambre y sed) a niños ya nacidos (hasta que cumpla 28 días de vida o hasta 6 semanas después de su nacimiento, respectivamente).

Y es que en el tema del aborto, se viene siguiendo un plano inclinado (como ocurre con la eutanasia) cada vez más siniestro en la legislación de mucho países y con la promoción en muchos casos de la ONU y de la citada OMS…

Primero, se legalizó  —despenalizó—  el aborto en algunos casos (peligro para la vida de la madre, violación, malformación del niño en gestación…).

Luego se añadió el supuesto del riesgo para la salud física de la madre y el coladero del riesgo para la salud psíquica de la madre (en muchos casos no se necesitaba ni demostración médica del citado riesgo).

Luego se amplió el aborto sin causal alguna.

Luego se aprobó abortar sin plazo alguno.

Luego se promovió el dogma de que el aborto no es que sea una excepción que se permite (se despenaliza) en algunos casos, sino que es un derecho. Repetimos: UN DERECHO.

Ahora, se promueve  —lo hace la OMS, como hemos visto—  el aborto hasta justo antes de nacer.

Y ya el último paso es el que hemos citado en Maryland o California: dejar morir a niños ya nacidos.

¿Cuáles serán los siguientes pasos?  

Definitivamente, la civilización occidental se derrumba.