La Conferencia Episcopal Española (CEE) publica hoy jueves la última edición del informe Para dar luz, que "hace un recorrido sobre la realidad de los abusos en la Iglesia y en la sociedad desde diversos puntos de vista (eclesial, histórico, sociológico y legal)".
Según la CEE se trata del informe "más completo de los publicados hasta la fecha, pues ofrece un estudio histórico de la situación de los abusos sexuales en la sociedad y en la Iglesia, un estudio detallado de las denuncias recibidas; un análisis crítico de las medidas adoptadas por la Iglesia Católica en España y una recopilación de las Observaciones y Recomendaciones recibidas y que la Conferencia está estudiando para integrar en su Plan de Reparación Integral a las Víctimas de Abusos".
Basado en las Oficinas diocesanas de protección de menores, incluye información sobre los casos de abusos recogidos en los tribunales eclesiásticos, en los tribunales civiles y en los medios de comunicación. En este texto se integran también aportaciones y recomendaciones del informe del Defensor del Pueblo, presentado el pasado mes de octubre, y del Informe-Auditoría elaborado por el despacho de Cremades & Calvo Sotelo, entregado formalmente esta semana. Asimismo, se han utilizado datos ofrecidos por el Ministerio fiscal, por el Ministerio del Interior, por la Fundación ANAR y por la ONG Save the Children.
De los 806 casos, se considera como "probados" 205 a los que habría que añadir, como "casos no probados pero verosímiles" otros 70, otros 280 serían "casos no probados"
El informe acepta que la Iglesia ha "registrado" 806 casos de abusos, aunque incorpora una importante novedad al desglosarlos en función de la veracidad o no del caso, algo que decimos que es fundamental, dada la reciente 'operación Bollycao'.
De los 806 casos, se considera como "probados" 205 a los que habría que añadir, como "casos no probados pero verosímiles" otros 70, otros 280 serían "casos no probados", 24 están registrados como "excluidos del ámbito subjetivo u objetivo de este estudio", 13 archivados por prescripción del delito o fallecimiento del denunciado y 3 provenientes de "denuncias falsas o manifiestamente infundadas". A los que habría que sumar otros 75 casos con la investigación en curso o pendientes de resolución.
De los 806 casos que registra la Iglesia, aumentamos el número a 1.383 denuncias en el informe de Cremades & Calvo Sotelo, "siendo indeterminado el número de personas victimarias". En el informe de la CEE se admite que en el informe del despacho de abogados, que ha presentado con 10 meses de retraso su trabajo, "el número total de denuncias con arreglo a la metodología indicada asciende a 1.302 denuncias", de las que se deducen "un mínimo de 2.056 víctimas".
Pero ojo, porque aclaran que "el hecho de añadir las 305 denuncias recibidas desde el Dicasterio para la Doctrina de la Fe a las ya comunicadas por las diócesis y congregaciones, hace pensar que muy posiblemente esas denuncias están duplicadas porque, desde 2001, las denuncias recibidas en diócesis y congregaciones se comunican a dicho Dicasterio".
Por lo que, el número real de denuncias, eliminadas las duplicidades, se situaría en 997, una cifra más cercana a los 806 que admite la Iglesia. Dejando a un lado que el despacho de abogados no ha cumplido con su misión y ha agregado casos duplicados, que ya es grave, la cifra de la CEE y la de Cremades & Calvo Sotelo estaría mas o menos igualada.
Sabemos que un sólo caso de abuso sexual a un menor por parte de un sacerdote es gravísimo. Y como aseguró Omella, la cifra no importa, aunque sólo sea un caso, merece la pena reparar a la víctima. Ahora bien, se da la circunstancia de que, en todo el mundo, la pedofilia clerical ha sido muy inferior a la laical en España. Lamentable, pero mínima.
Nuestro periódico comecuras puso en marcha una campaña de recogida de casos ocultos, que el defensor del pueblo, insigne cura rebotado don Ángel Gabilondo, oficializó, engrandeció... y dejó al titular de El País en lo único que le interesaba: los abusos sexuales de menores por parte de curas se elevaron en España de 400 a 440.000, una cifra que hasta el mismo redactor sabía falsa, pero de la que El País -soberbia obliga- no se aparta ni un milímetro. Es más, llegan a asegurar desde el diario que "Es obvio que El PAÍS no es una empresa de estadística y, por tanto, debe explicar a los lectores de una forma periodística". al parecer, mintiendo.