Decíamos ayer en Hispanidad sobre la historia de Shakira y Piqué: "La cantante dedica una canción a poner como no digan dueñas a su ex y su nueva novia. Vengativa por despecho. 

El futbolista se burla, a su vez, de las burlas exhibiendo un reloj Casio y un coche Twingo. Chuleta, porque le viene en gana. Tonto él y tonta ella".

Tendrían sus cosas en el matrimonio, Piqué comenzó una relación con otra mujer, todo se destapa en un directo donde 'se cuela' la chica en cuestión, cuernos, divorcio y la cantante le dedica, no una, sino tres canciones, poniendo verde al futbolista. Él con su chulería habitual se burla. Hasta aquí todo lleva a la misma moraleja: no serán ni Shakira ni Piqué los que paguen el desamor de ambos, sino sus hijos.

Y la historia, pensábamos que no, continúa, y la moraleja siendo la misma, pero ahora el futbolista ha caído en la indecencia total y absoluta. Fue durante la jornada de ayer de la Kings LeagueGerard Piqué pone en el micrófono una parte de la canción: "Me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda. Te creíste que me heriste y me volviste más dura. Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan". Esto podría quedarse dentro de la chulería de Piqué, pero es que se puede ver quién está sentado a su lado: su hijo Milan, de nueve años, escuchando cómo su padre pone la canción de su madre y asegura entre risas: "estoy acostumbrado ... esto lo he aguantado durante 14 o 15 años, esto cada mañana por la mañana, todos los días, siempre había algo". No se puede caer más bajo.