Sábado 28 de enero, festividad de Santo Tomás de Aquino, al que muchos han calificado como la mente más preclara de la historia.
Yo diría que es cierto. Ejemplo: servidor, que es bastante bruto, entendió los mercados financieros con la biografía de Santo Tomás de Aquino escrita por Chesterton. Sólo en Aquino comprendí por qué la usura, elemento imprescindible de los mercados financieros y, por tanto, de la economía moderna, debía ser prohibida y sólo Chesterton entendió por qué Aquino la prohibía. La usura vende tiempo, y el tiempo no es nuestro, es de Dios, que lo ha regalado por cuotas al hombre. El peor dictador no es que el que ocupa el espacio sino el que ocupa el tiempo de sus súbditos.
Pues bien, el usurero usurpa el tiempo ajeno aprovechando su mayor liquidez o la mayor liquidez que le proporcionan sus administrados. En puridad, el banquero es, según el Aquinate, usurero por principio, dado que se aprovecha para cobrar el tiempo que ofrece el empréstito al que posee menos dinero que él. Y a veces cobra ese tiempo, que no es suyo, a precio de oro.
¿Eso significa que los majaderos de Podemos tienen razón en su inquina contra la banca? Por supuesto que sí. El problema de Podemos es que no saben por qué tiene razón. Los podemitas no piensan, embisten. Se dividen en dos tipos: los que embisten como toros bravos, alocados, y los que embisten como mansos, partidarios de hacer daño al prójimo sin arriesgar la piel. Mismamente, don Pablo Iglesias. Aunque hay algunos peores que él: los que azuzan a los pabloiglesias del mundo contra sus adversarios... mientras ellos mantienen la pose de estadista. Mismamente, Pedro Sánchez.
Volvamos a Tomás de Aquino. Empiecen con algunos de sus geniales traductores: les aconsejo a Eudaldo Forment. Aprenderán mucho de economía... y de otras muchas cosas.