Recientemente, Hispanidad recogió los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad sobre el número de abortos en España, que en 2022 alcanzaron la cifra de 98.316 niños asesinados antes de nacer, un 9% más que en 2021. El aborto, sólo en España, se ha cobrado la vida de casi un millón de niños (956.768) en el seno de sus madres en la última década.
El Debate ha recogido las cifras del aborto en el país vecino, Portugal, que en 2022 alcanzaron los 16.471 infanticidios, un 15% más que el año anterior, según el último informe divulgado por la Dirección General de Salud (DGS) del país luso.
En Portugal, la ley 16/2007, de 17 de abril, estableció que la madre puede acabar libremente con la vida del no nacido a las 10 semanas de vida (tercer mes). Y a este supuesto se acogió el 96,4% de las madres que abortaron a sus hijos, es decir, casi 16.000 niños que no llegaron a nacer.
La segunda razón más frecuente aducida para abortar fue la «enfermedad grave o malformación congénita del feto» (el 3,3% del total), es decir, el aborto eugenésico, ese que no deja nacer a los niños que padecen algún tipo de discapacidad.
El tercer supuesto más utilizado fue «evitar el peligro de muerte o lesión grave y duradera para la salud física o psíquica de la embarazada» (0,2%). Mientras que hubo ocho abortos por «embarazos resultantes de crimen contra la libertad y autodeterminación sexual», recoge también El Debate.
En cualquier caso, Portugal, al igual que España, ha entrado de lleno en la cultura de la muerte…