No lo más sorprendente, pero sí lo más asombroso de la semana que ahora termina, ha sido la reacción del presidente del PP, Núñez Feijóo, a la parodia montada por el Tribunal Constitucional al bendecir la ley de aborto de Zapatero (2010).
Feijóo alabó la norma de plazos, la misma que el propio PP había recurrido en su momento. Digo que fue más asombroso que sorprendente porque, aún cuando todos sabíamos que el nuevo PP es casi tan abortero como el PSOE de Sánchez, no había tenido hasta ahora la desfachatez de decirlo tan claro, de quitarse la careta con tantas ganas. No porque le preocupara la vida del más inocente y más indefenso, lo que le preocupa es perder votos. Pero ahora considera que va a perder pocos al declararse abortero, y me temo que tiene razón, así que le ha dado por la desfachatez.
Además, el aborto no sólo es un crimen, es, además, un crimen cobarde, perpetrado contra el más débil
Félix Bolaños llama "cínico" al presidente del PP: tiene toda la razón. Han pasado 13 años desde que presentaron el recurso contra la ley de aborto libre de Bibiana Aído y ahora, cuando el TC de Sánchez la bendice... Feijóo la bendice también.
Definitivamente, ni un cristiano ni ninguna persona sensata puede votar al PP, un partido que decepciona, marcado por la incoherencia y la tibieza.
¿PP y PSOE se distinguen por su política económica? Ni eso: ambos son socialdemócratas y estatistas, que es la explicación de por qué las cosas siempre van mal y, sobre todo, siempre van a peor
Los españoles no pueden vivir condenados a elegir entre un partido progre de izquierdas y otro progre de derechas. ¡Ah!, entonces, ¿PP y PSOE se distinguen por su política económica? Ni eso: ambos son socialdemócratas y estatistas, que es la explicación de por qué las cosas siempre van mal y, sobre todo, siempre van a peor.