Héroe en Senegal y villano en Francia. Así consideran a Idrissa Gana Gueye, centrocampista del PSG que se negó a jugar con la bandera LGTBI en el dorsal de su camiseta, el 17 de mayo, día contra la homofobia en Francia. El entrenador, Mauricio Pochettino, alegó “motivos personales” para no convocar al jugador, según Religión en Libertad.

Gueye no quiere que utilicen su imagen y la vinculen al colectivo LGTBI y hace muy bien. Así también lo creen en su país, Senegal, de donde ha recibido una gran cantidad de mensajes de apoyo. Por ejemplo, el del presidente de la República, Macky Sall: “Sus convicciones religiosas deben ser respetadas”, afirmó en Twitter.

“Culturalmente, nadie lo habría entendido si hubiera hecho otra cosa diferente a lo que hizo. No es el único. Hoy Gueye tiene el apoyo de todos los senegaleses, de todos los africanos. Fue percibido como un héroe en Senegal, por supuesto”, señaló el periodista senegalés Bacary Cissé en declaraciones recogidas por el diario AS. “Si Idrissa Gueye hubiera hecho lo contrario, ¿qué habríamos dicho? Nos habríamos sorprendido mucho más”, concluyó.

La reacción en Francia fue muy distinta. Ningún representante público hizo ni siquiera mención a la necesidad de respetar la decisión personal del jugador. Así, la ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, calificó la decisión de “lamentable”, mientras el Consejo Nacional de Ética de la Federación Francesa de Fútbol le exigió que dejara clara su postura contra la homofobia.

Nadie pidió respeto para él, ni siquiera Pochettino o el presidente del club, el catarí Nasser Al-Khelaïfi. Precisamente, resulta curioso su apoyo al colectivo LGTBI mientras en Catar no está permitida la homosexualidad. Y es que Al-Khelaïfi, además de presidente del PSG, es ministro sin cartera de Catar. Eso es coherencia.