Comenzamos esta crónica semanal sobre persecución a los cristianos con las declaraciones del actor estadounidense Jim Caviezel, conocido por interpretar a Jesucristo en ‘La Pasión de Cristo' de Mel Gibson. Caviezel dijo que los cristianos están siendo perseguidos al prohibirles ir a la iglesia, en medio de la crisis del coronavirus, recoge Infocatólica de LifeSiteNews.
“Hay cristianos en este momento que están siendo perseguidos por su fe, ya sea en Irán o en China u otras partes del mundo, y no necesitamos ir más allá de los Estados Unidos, donde no se le permite entrar a las iglesias. ¿Por qué no puedo ir a la iglesia?”—preguntó—. “Entras en un avión, ves mucha gente, llevan máscaras, están uno al lado del otro, pero el COVID-19, por alguna razón, no se propaga. Es tan inteligente, sabe que no debe hacer eso, —dijo sarcásticamente—. Pero cuando vas a una iglesia, el COVID-19 va a todas partes”.
Filipinas: un sacerdote católico encontrado muerto en su habitación, asesinado a tiros
Nos vamos ahora a Filipinas, donde Don Nomer De Lumen, sacerdote católico de Antipolo, en la archidiócesis de Manila, fue encontrado muerto a balazos en su habitación. Tenía 32 años, informó la agencia Fides.
Por el momento, los investigadores están examinando todas las hipótesis y los interrogatorios están en curso. La diócesis de Antipolo aún no ha emitido un comunicado oficial sobre los motivos de la muerte del sacerdote fallecido, a la espera de las comunicaciones de los investigadores.
La comunidad católica local, está viviendo este suceso con profundo dolor. Sacerdotes, religiosos y laicos de varias parroquias están de luto y expresan su afecto y aprecio por el p. Nomer en las redes sociales. "Es una pérdida enorme para nuestra comunidad: teníamos a un sacerdote joven y válido que ha dado tanto y que aún habría podido dar mucho en la labor pastoral y misionera", señalan los comentarios de los fieles locales. En la comunidad diocesana han surgido espontáneamente grupos especiales de oración y rezo del rosario, dedicados al padre Nomer de Lumen.
Níger, dos años después del secuestro del padre Gigi Maccalli: “Siempre hay, en cualquier parte, alguien que traiciona a sus amigos”
Níger es nuestro siguiente destino en esta crónica sobre cristianos perseguidos. Han pasado dos años del secuestro del padre Gigi Maccall. “Era de noche cuando te llevaron y desde entonces han pasado dos años de oscuridad solo interrumpidos por un breve mensaje en vídeo el 24 de marzo pasado, el primer y, por ahora, único signo de vida. Ha habido testimonios, relatos, hipótesis, investigaciones y quizás negociaciones, sabemos poco de todo esto”. Así escribe a la Agencia de FIdes el padre Mauro Armanino, sacerdote de la Sociedad para las Misiones Africanas, hermano del padre Gigi Maccalli secuestrado en Bomoanga el 17 de septiembre de 2018, recoge Fides.
El misionero dirige un pensamiento particular al hermano/amigo recordando uno de los muchos momentos compartidos: “El embajador nos había ofrecido lo que, comentando con él y otros, habría sido nuestra última cena antes de la tragedia. Todos estaban en esa cena. Los pobres, los niños que cuidabas, la pequeña que murió en el Bambin Gesù de Roma en un intento desesperado por salvarla, los animadores, las familias, los jóvenes a los que ayudaste a continuar sus estudios o formación profesional… Quizás también había un Judas entre ellos. Siempre hay alguien, en cualquier parte, que traiciona a sus amigos, que informa, consciente o inconscientemente, a los secuestradores de tu regreso y tus hábitos nocturnos. Era de noche y los que luego te secuestrarían sabían que no cerrabas inmediatamente la puerta de tu dormitorio. La gente iba a tu misión a buscar medicinas para emergencias que siempre faltan en una aldea remota y sin servicios sociales. Sabían que tenían a mano una luz y una puerta que se abría con una sonrisa de esperanza”.
El padre Armanino sigue rezando por su hermano y recordando “la última noche en Bomoanga, un lugar que ni siquiera se encuentra en los mapas más sofisticados de Google, la última o casi la última de las pequeñas aldeas sin más futuro que el que él y la comunidad cristiana le estaban tratando de ofrecer. Una escuela media, un posible internado y sobre todo la necesidad de ofrecer razones para permanecer con una vida digna en ese lugar”.
En cualquier caso, urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su fe en Cristo.