Hoy celebramos el Domingo de Ramos, para conmemorar la entrada de Jesús en Jerusalén, montado en un pollino. Las ramas de olivo, desde el Diluvio, son símbolo de la paz. Pero el siglo XXI sabe poco de paz, al tiempo que experimenta un crecimiento de la violencia…
Vladimir Putin asegura que él no transfiere armas nucleares a Bielorrusia, simplemente las estaciona en Bielorrusia, aunque siguen siendo rusas. Y añade: hacemos lo mismo que hacen los norteamericanos, que tienen armas nucleares asentadas en Italia, Holanda o Bélgica y Turquía.
Para solucionar cualquier conflicto se precisa que cada parte sea capaz de creer en la rectitud de intención del otro. Al menos un poquito
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, así como el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, se han apresurado a insultar a Putin, hablando de escalada de tensión. Y lo es, pero no logran responder a la acusación rusa de que Europa se ha convertido en una sucursal de Washington. Y también de que, al revés de lo ocurrido durante las dos guerras mundiales, Estados Unidos no está ayudando a Europa, arriesgando la vida de sus hombres, sino que sólo está armando a los ucranianos, que son los que ponen las muertos. Y de Europa, mejor no hablar.
Por otra parte, ¿un enfrentamiento nuclear es imposible? No, también parecía imposible la invasión de Ucrania y se produjo. Además, la violencia está creciendo en el mundo. La pólvora cuenta ahora con demasiadas mechas y alguna podría encenderse. Si nadie quiere la paz y la paz con justicia ¿por qué no habría de estallar la guerra?
A Joe Biden no le interesa la paz en Ucrania mientras la violencia crece en el mundo
En cualquier caso, Putin es culpable por haber iniciado la agresión, pero lo cierto es que Joe Biden no tiene ningún deseo de paz. La tragedia se produce lejos de sus fronteras, no le traen de vuelta a casa los cadáveres de soldados norteamericanos y encima está consiguiendo vaciar su arsenal -el gran problema del bazar de las armas siempre son los invendidos (stocks)- y se lo está vendiendo a Ucrania. Un chollo.
A Joe Biden no le interesa la paz en Ucrania y cabe pensar que la paz no le interesa a nadie. Desde luego, la dinámica en la que ha entrado el presidente Zelensky indica que él tampoco desea la paz, sólo la victoria.
Y lo peor de todo es que ese no-deseo de paz se está extendiendo por el mundo.
Lo cierto es que parece como si la paz no le interesara a nadie. Putin insiste: no transferimos energía nuclear, depositamos armas en el extranjero... igualito que Washington en Europa
Un consejo: para solucionar un conflicto, cualquier conflicto, se precisa que cada parte, empezando por una de las partes, sea capaz de creer en la rectitud de intención del otro. Es decir, no de que tiene razón, sino de que actúa de buena fe, aunque esté equivocado. Vamos, que hay que creer que hasta Putin tiene alguna razón para hacer lo que hace. Los melodramatismos a lo Pedro Sánchez, consistentes en que Putin es el Hitler redivivo, no sólo son estériles, también son estúpidos. Porque Putin también tiene parte de razón. Por ejemplo, cuando denuncia que el nihilismo de Occidente y sus derivados -actualmente la venenosa ideología de género- no sólo están aniquilando el sistema democrático sino que están aniquilando al hombre.
Recuerden: no hay paz sin justicia ni hay justicia sin perdón. Al mismo tiempo, el fin no justifica los medios.