En Reino Unido, el Departamento de Salud y Cuidado Social  (DHSC) publicó a finales del pasado mes de mayo el informe 'Estadísticas de aborto en Inglaterra y Gales: 2022' que tiene como una de sus principales conclusiones que durante ese año 2022 se perpetraron 252.122 abortos (asesinatos de niños en el vientre de sus madres), es decir, 37.253 más que en 2021, lo que equivale a un 17,34% más. 

Pero hay más datos y cifras que conviene destacar. Por ejemplo, que se trata del número más alto de abortos jamás registrado en un sólo año.  

También, que el aborto eugenésico -matar a un niño por el solo hecho de que no es perfecto y puede causarme problemas, cuando existe la posibilidad real de darlo en adopción- se sigue aplicando inmisericordemente: en concreto, a 3.124 niños que venían con algún tipo de discapacidad.

Más en concreto, 760 bebés con síndrome de Down fueron asesinados en el vientre de sus madres, un 17% más que el año anterior (insistimos, cuando existe la posibilidad real de darlos en adopción). 

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Pero es que, además, se ejecutaron 46 abortos a  bebés que tenían labio leporino o paladar hendido, un aumento del 15% respecto a 2021.  Y todo el mundo sabe que el labio leporino no va a condicionar la vida de ese niño si se le somete a un operación y tratamiento adecuados.

Y todo esto es muy preocupante ya que es síntoma de una sociedad que admite la posibilidad de matar a niños porque no son bebés perfectos.

Como decía el gran genetista francés Jerome Lejeune, descubridor de la trisomía 21 (el origen genético del síndrome de Down), "la calidad de una sociedad y de una civilización se mide por el respeto que manifiesta a los más débiles de sus miembros"...

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Tras los datos del Reino Unido, saquen ustedes sus propias conclusiones...