Recientemente, Hispanidad recogió la negativa del Parlamento europeo a exhibir un Belén navideño en su sede, porque podía resultar “potencialmente ofensivo” (no se sabe muy bien para quién), aunque finalmente la diputada española, y católica, Isabel Benjumea (Partido Popular), logró que se instalase uno durante estas Navidades.

Pues bien: en Reino Unido, a los funcionarios públicos se les dijo que se refirieran a las fiestas de Navidad como "celebraciones festivas" en un intento por evitar la exclusión de diferentes religiones, informa Daily Mail.

Así, los funcionarios del país no deberán llamar «Navidad» a los festivos de Navidad. Incluso se barajó la posibilidad de no colocar un árbol de Navidad por si podía ofender a judíos o musulmanes, pero dicha recomendación quedó finalmente descartada, traduce Gaceta.

Ya puestos, y siguiendo esa lógica, habría que abolir la Monarquía británica, porque su cabeza visible, el rey Carlos, lo es también de la iglesia anglicana, no vaya a ser que su mera presencia en actos institucionales ofenda a los súbditos no cristianos de su graciosa majestad…

Y es que estas chorradas acaban volviéndose en contra de quienes las promueven, por sus argumentaciones absurdas.  

Pero el liberticidio y la cristofobia ya están en marcha.