Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en la República Democrática del Congo, donde, en un comunicado publicado en su canal de noticias Amaq, el jueves 9 de marzo, el Estado Islámico afirmó que «había matado a cristianos con armas de fuego y cuchillos, y destruido sus propiedades, en la aldea de Mukondi, en la provincia de Kivu Norte», recogió Puertas Abiertas.
Según las autoridades, al menos 45 personas perdieron la vida la semana pasada en incursiones en varios pueblos de la provincia de Kivu Norte. Solo en la aldea de Mukondi fueron asesinados al menos 40 cristianos, según comunicó a Puertas Abiertas un colaborador local.
Los violentos ataques han sido atribuidos a las Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA), un grupo militante islámico que ha prometido lealtad al Estado Islámico. En los últimos años, ha incrementado sus ataques contra la población local, incluidos los cristianos.
Además, el 11 de marzo, unos presuntos militantes de las FDA mataron al menos a 22 cristianos en la ciudad de Kirindera, también en la provincia de Kivu Norte, según informaron fuentes locales a Puertas Abiertas; atacaron a una clínica, un hospital y un hotel.
Es muy lamentable que, por tener credos diferentes, la gente no se acepte mutuamente en momentos tan difíciles después de las fuertes inundaciones
Nos vamos ahora a Pakistán, donde en el pueblo de Allah Bachao Shoro, 45 familias cristianas se vieron obligadas a abandonar el pueblo para evitar ser víctimas de la violencia de algunos musulmanes, informa Asia News.
Todas estas familias siguen viviendo en tiendas de campaña que les proporcionaron gracias a la recaudación de fondos de Asia News y se ven obligadas a dormir en el suelo sobre sábanas porque no disponen de instalaciones adecuadas.
Imtiaz Masih, un activista social local, comentó a AsiaNews: «Es muy lamentable que, por tener credos diferentes, la gente no se acepte mutuamente en momentos tan difíciles después de las fuertes inundaciones. La Iglesia católica intentó comprar un terreno para estas personas que tuvieron que trasladarse a otros lugares; pero los precios están por las nubes: por un acre de tierra hacen falta unos 6-8 millones de rupias (20.000-27.000 euros), y la Iglesia no dispone de ese dinero. No vemos el final del sufrimiento de estas personas».
No entienden por qué los cristianos hacemos esto (visitar y orar)
Y en Vietnam, una cristiana llamada Thuy fue hospitalizada tras ser agredida. En ese país, «las autoridades dicen a los vecinos que el cristianismo viene de Occidente, que es una creencia estadounidense, una religión del enemigo que no es buena para ellos», informa Athan* a Puertas Abiertas. «Además, sostienen que si un cristiano ayuda a otros a convertirse al cristianismo, le pagan mucho dinero». Por eso Thuy y su familia fueron perseguidos.
En enero de 2023, una de las vecinas de Thuy comenzó a insultarla y montó un escándalo mientras su marido estaba en el trabajo. «¡Si el gobierno local no hace nada para detenerte, lo haré yo!», le gritaba. Cuando Thuy le pidió que parara, se enfadó aún más. «Golpeó la cabeza de Thuy con un palo. La cabeza le sangraba mucho, así que la llevaron al hospital del distrito. Como su situación no mejoraba, la trasladaron a otro hospital de la ciudad. Estuvo 14 días ingresada a causa de las heridas», explica Athan. Como no pudo presentarse a trabajar mientras estaba en el hospital, le descontaron cinco millones de VND (unos 200 €) de su salario.
Tras recibir el alta, se denunció el caso a la policía del distrito, quien decidió que la vecina compensara los gastos médicos de Thuy y el dinero descontado de su salario, lo que ascendía a un total de 13 millones de VND (unos 500 €). Como su vecina es muy pobre, el pastor de Thuy la animó a que perdonara y amara a su vecina y a que mantuviera una buena relación con ella, a pesar de la agresión. Thuy no dudó. Perdonó a su vecina y solo le pidió que la ayudara a cubrir los gastos de su medicación.
Tras el incidente, un contacto de Puertas Abiertas quiso visitar a Thuy para orar por ella y su familia, pero el gobierno local no se lo permitió. Le dijeron que no permitían la práctica de la religión en su localidad. «No entienden por qué los cristianos hacemos esto (visitar y orar). Orar unos por otros no es una práctica religiosa, sino nuestra forma de vida. Les dije que no hay ninguna ley en Vietnam que prohíba a los cristianos orar unos por otros, pero se mantuvieron firmes. El gobierno local solo les está poniendo las cosas difíciles a los cristianos. Voy a presentar este asunto a las autoridades superiores».
Mientras tanto, como Thuy sigue recuperándose y bajo medicación, los colaboradores de Puertas Abiertas proporcionarán ayuda económica para ayudar a mantener a su familia hasta que esté totalmente recuperada y pueda volver al trabajo. Athan también se coordinará con el pastor de Thuy para animarla, para que sepa que muchos están orando con ella y que no está sola.