Poco más que mediana de estatura,
como trigo el color, rubios cabellos,
los ojos grandes, y la niña dellos
de verde y rojo con igual dulzura.
Las cejas de color negra y no oscura,
aguileña nariz, los labios bellos,
tan hermosos que hablaba el cielo en ellos
por ventanales de su rosa pura.
La mano larga para siempre darla
saliendo en los pedidos al encuentro
de quién para vivir quiera tomarla…
Esa es María, sin llegar al centro,
que esa alma sólo puede retratarla
pintor que estuvo nueve meses dentro.
Lope de Vega