Decíamos ayer que el primer ministro alemán se llevó muy buena impresión de su interlocutor tras comprobar que los manifestantes que gritaban Sánchez traidor y otras lindezas no les permitían abandonar la subdelegación del Gobierno en Málaga.

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Pues bien, otro escrache al presidente se vivió poco después, en Gijón. 

Y es que, los ciudadanos están 'que trinan' con la chulería y la impunidad del Presidente, que, pese a todo, sigue adelante, por una buena convivencia. ¡Y olé!

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