El presidente del Gobierno empieza a resultar divertido. Hoy cierra su visita por Mauritania, Gambia y Senegal, tres países de donde salen los cayucos que llegan a Canarias. 

Por cierto, salen convenientemente atados a una buque de mucho mayor calado, donde van los traficantes que explotan a esos pobres miserables. Porque ningún cayuco puede llegar por sí solo hasta las Canarias. Por de pronto, en lugar de transportar emigrantes tendría que transportar combustible. 

Pues bien, si en Mauritania soltó lo de la emigración circular, que no se lo cree ni un dipsómano en un momento de delirium tremens, en Senegal nos recordó que las deportaciones forzosas son de lo más necesario. 

A Ione Belarra le ha dado un vahído marquesón: ¡¿Deportaciones?! pero sí eso sólo lo pide la ultraderecha...

Además, Sánchez ha pasado de que los inmigrantes pagarán nuestras pensiones a te voy a un trabajo temporal y precario y cuando se termine el contrato te vuelves a tu país. Y si no te vuelves por las buenas, lo harás por las malas.

En su última etapa, Senegal, Sánchez aprovechó para recalcar que hay que luchar contra las mafias, Curioso, las mafias no formaban parte de los mensjes habituales de Sánchez. Ahroa bien, la c´ritica a las mafia se conciliaban con alabanzas a los gobiernos de Mauritania, de Gambia o de Senegal, cuando él sabe que son una misma cosa.