En mayo de este año, recogíamos en Hispanidad que cientos de personas se concentraban en la Puerta del Sol pidiendo el indulto para Pepe Lomas, el anciano que mató al ladrón que entró en su casa con una motosierra. 

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Asimismo, nos hacíamos eco de otro caso similar, el de Pau Rigo, el anciano de 84 años que disparó y mato en defensa propia a uno de los ladroens que asaltaron violentamente su casa.

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Ambos tienen semejanzas con el del expolicía de Sevilla, Casimiro Villegas, para quien la Fiscalía pedía en un principio  un total de 16 años de cárcel. La entrevista en el Elite Podcast es extensa, pero escuchen a partir del minuto 30, cuando Villegas narra lo que ocurrió y cómo se defendió, movido por un "instinto de supervivencia". 

Villegas explica cómo su mujer escuchó ruidos en la casa y lo despertó y cómo al entrar en el salón, comprobó que en el interior del mismo había tres personas, «lanzándose sobre él al menos uno de los asaltantes -Raúl Pacheco Ríos-, iniciándose un forcejeo entre ambos, en el transcurso del cual Casimiro recibió diversos golpes y un mordisco en un dedo de su mano y éste, a su vez, con ánimo de defender su integridad, la de su pareja y sus bienes, cogió por el cuello a Raúl Pacheco dándole un bocado en la nariz».

Mientras se producía esta riña, el policía oía que alguno de los otros individuos que estaban en el salón decía “dispara y mátalo”.

En un momento dado, el agente logró zafarse de su agresor y se dirigió al dormitorio, donde se encontraba su pareja, a quien dijo que les estaban atacando, que se encerrara en el baño y llamara al 112, cogiendo a continuación del cajón de la mesilla de noche su arma reglamentaria, a la que puso el cargador, saliendo con la misma tras los asaltantes.

Al abrir la puerta principal de la vivienda observó que aquéllos se disponían a marcharse del lugar en la furgoneta mencionada, momento en que «dominado por un miedo intenso al ver que varios desconocidos habían entrado ilegítimamente en su vivienda de madrugada, le habían golpeado y habían dado gritos diciendo ‘dispara y mátalo’ que le privó del normal uso de su raciocinio, limitando gravemente su conciencia y voluntad, efectúo 11 disparos contra el citado vehículo dirigidos, prácticamente en su totalidad, hacia la puerta delantera izquierda del mismo», impactando todos ellos en la furgoneta y, al menos uno en Esmeraldo Ferrero Ríos, tres en Julio Ríos Ferrero y uno en Iván Pacheco Ríos, que se encontraban en su interior.

No obstante, los asaltantes lograron darse a la fuga llevándose consigo un ordenador portátil y un pendrive propiedad del agente que Julio Ríos había cogido del interior de la vivienda.

Para los ladrones, el Supremo confirmó las penas de prisión impuestas por un delito de robo con violencia en casa habitada, concurriendo en todos ellos la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas y en los dos primeros la agravante de reincidencia. En concreto, tres años de cárcel para Raúl Pacheco y Esmeraldo Ferrero, dos años y medio para Iván Pacheco, y dos años para Julio Ríos.

Sin embargo, los absuelvía de una falta de lesiones por la que fueron condenados a una multa de dos meses con cuota diaria de 6 euros, aunque mantuvo la responsabilidad indemnizatoria derivada de los hechos que venían subsumidos en tal precepto. 

Finalmente, para Villegas, la Audiencia Provincial de Sevilla Mantuvo dos años y medio de cárcel y una indemnización de 52.924 euros a los tres asaltantes. 

Las condenas a Villegas y las anteriormente mencionadas a Pepe Loma y Pau Rigo (absuelto en un principio, pero pendiente de ser juzgado de nuevo) nos hacen plantearnos que el sistema español es garantista y que la alternativa legal es, al parecer, es que te dejes robar y/o matar. El Estado no te defiende pero tú tampoco puedes hacerlo. Y esto, a propósito del caso de estos ancianos y del agente de policía en el que unos ladrones entraron a robar en un domicilio particular. Les sorprenden las víctimas y disparan para defenderse. Sí, para defenderse dado que si alguien entra en mi casa de noche es muy posible que no haya venido a disfrutar de mi compañía. Pues resulta que eso está muy mal.

En el mundo anglosajón, si alguien entra en tu casa tienes derecho a defenderte por cualquier medio. En España no: se te cae el pelo. O sea, de 4 (en el caso de Pau Rigo) a 12 años de cárcel, en el caso de José Lomas y dos y medio en el caso de Villegas.