¿Y si el cambio climático procediera de una ligerísima modificación en la posición del eje polar de la tierra respecto al sol, nuestra fuente principal de energía?
Eso significaría que el hombre no es culpable. ¿Y esta afirmación es científica? No, porque no se puede demostrar… del mismo modo que me temo son indemostrables las tragedias con las que nos amenazan los profetas del apocalipsis medioambiental. Como tampoco resulta nada científico, nada creíble, que regresando a la caverna pudiéramos sobrevivir al presunto desastre ecológico que nos acecha.
Sin embargo, el sentido común apunta a que una causa natural podría resultar mucho más verosímil que culpar al ser humano del calentamiento global.
Como en el Covid, frente al negacionismo figura el tragacionismo, propio de aquellos que, dotados de unas tragaderas inconmensurables, están dispuestos a creerse cualquier cosa que lleve el marchamo 'científico’, aunque sólo sea lo que suele ser que es: lo políticamente correcto, cuna de las mayores mentiras.
En cualquier caso, el ser humano es demasiado pequeño para el bien y para el mal. Es demasiado pequeño para destrozar un planeta hasta niveles tan aviesos. Sólo Dios pudo crear el universo y sólo Dios podría destruirlo.
Además, recuerden la anécdota de Louis Pasteur: “La ciencia no tiene ni fe ni patria”. Cierto, respondió el científico francés: la ciencia no tiene ni fe ni patria pero los científicos poseen ambas cosas. Casi siempre para mal.