Dos versiones sobre un mismo hecho, aunque ninguna de las dos da en la clave del asunto. La noticia es que la Open Society Fundations (OSF), del filántropo George Soros, ahora manejada por su hijo Alexander -amigo, por cierto, de Pedro Sánchez- va a dejar de financiar proyectos en Europa. Para unos, porque los países ya invierten lo suficiente en promover los derechos humanos y para otros por el auge de la utlraderecha, que no cesa en sus ataques al probecillo de Soros.

Ambas versiones, en cualquier caso, coinciden en que la OSF es un baluarte a favor de los derechos humanos, la libertad, la diversidad, la lucha contra el cambio climático… es decir -y esto no lo dicen ellos, naturalmente-, un baluarte de los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) o, si lo prefieren, del progresismo actual: imposición de la ideología de género, censura a través de los delitos de odio, pánico climático y cultura de la muerte (aborto y eutanasia). Vamos, una delicia.

Ursula von der Leyen, incluso, amenazó a los italianos con represalias si votaban a Meloni. Afortunadamente, no le hicieron caso

Pero entonces, ¿por qué se marcha de Europa? Es cierto que la OFS ha recortado la plantilla en un 40%, pero esa no es la razón principal. La clave está en que Bruselas ya no necesita el tutelaje de Soros, es decir, ya es miembro aventajado del NOM y la prueba es que incluso amenaza y sanciona a los países que discrepan de este progresismo, como son Hungría y Polonia. Eso sin citar las amenazas directas de Ursula von der Leyen si los italianos elegían a Meloni. “Si las cosas se ponen difíciles, tenemos herramientas como se ha visto en Polonia y en Hungría”, afirmó antes de los comicios. Por suerte, Meloni salió elegida.

Esa es la clave: Bruselas, que en 2024 celebra nuevas elecciones, ya es NOM de pies a cabeza y no necesita tutelaje alguno. Soros y su hijo Alexander ya pueden estar tranquilos y destinar su dinero a otras zonas del planeta donde todavía no disfrutan de la maravillosa la cultura de la muerte y de la destructiva ideología de género.

La agencia Bloomberg no se corta un pelo y asegura que su marcha puede ser “catastrófica” para Europa. Conmovedor

Luego está la versión de la agencia Bloomberg, instrumento aventajado del NOM, que no sólo llora por los millones que Soros dejará de inyectar en Europa, sino que pinta al probrecito anciano de 93 años como víctima de la pérfida ultra derecha -es decir, gobiernos que defienden los principios cristianos como Polonia, Hungría e Italia-, que amenaza al progresismo en el continente. Incluso, según Bloomberg, que cita a un empleado de la OSF, la marcha de Soros puede ser “catastrófica” para la sociedad europea. Es conmovedor.