Sorprendente esta noticia que ofrece Friday Fax, agencia que informó la semana pasada de que el gobierno de Hungría copatrocinó una resolución de la Asamblea General de la ONU que consideró de lo más necesario brindar “acceso al aborto seguro” para cumplir con los derechos humanos.
La resolución patrocinada por Hungría también promovió la ideología transgénero. Hungría no solo patrocinó la resolución, sino que el gobierno del primer ministro Viktor Orbán se negó a apoyar cualquier enmienda que hubiera protegido al niño por nacer y una comprensión tradicional de la sexualidad humana.
Sin embargo, el Gobierno húngaro de Viktor Orbán se había caracterizado, hasta el momento, por su oposición a la ideología de género, con declaraciones como esta, dirigidas a la UE: "Que vivan como quieran, pero que nos dejen vivir. Solo hay que aceptar que el padre es hombre y la madre es mujer". "En lugar de transgénero, solo tenemos Transilvania".
Además, cabe recordar que este año, hubo un referéndum en Hungría convocado por Orban sobre la «Ley de Protección de la Infancia», que tiene el objetivo de impedir el adoctrinamiento a los menores con respecto a la propaganda homosexualista y de cambio de sexo, así como la protección contra la pederastia y la pornografía. La ley abarca el sector educativo y señala que las clases de educación sexual en las escuelas «no pueden diseñarse para promover la segregación de género, el cambio de sexo o la homosexualidad». Pues bien: el 90% de los húngaros que votaron, marcaron 'no' al adoctrinamiento en ideología de género a sus hijos en las escuelas.
Además, la Constitución húngara reconoce "algo básico" como que "la madre es una mujer y el padre es un hombre".
Sin embargo, Friday Fax se enteró esta semana de que el gobierno húngaro, apoyado durante mucho tiempo por los conservadores estadounidenses, incluidos los conservadores sociales, fue advertido mucho antes de los peligros de la resolución.
Los 128.000 ciudadanos húngaros pidieron a su gobierno que se adhiriera a la constitución húngara que protege al niño por nacer antes del nacimiento y desde el momento de la concepción
Semanas antes del debate en la Asamblea General del pasado viernes, el grupo activista CitizenGo presentó al gobierno húngaro una petición con 128.392 firmas de ciudadanos húngaros advirtiendo al gobierno sobre la resolución. Eszter Schittl de CitizenGo lanzó la petición dirigida al Ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, a la Secretaria de Estado para las Familias, Ágnes Hornung, y a la Embajadora de Hungría ante las Naciones Unidas, Zsuzsanna Horváth.
La petición explicaba que la resolución “podría ser un paso importante para la aceptación internacional del aborto como un derecho humano”. También expresó el temor de que la resolución otorgaría a las agencias de la ONU un mandato para promover el aborto con recursos financieros y apoyo político.
La resolución se refiere a la noción de “aborto seguro” y la petición señala que no existe tal cosa como un “aborto seguro” para el feto y las consecuencias psicológicas para la madre.
Los 128.000 ciudadanos húngaros pidieron a su gobierno que se adhiriera a la constitución húngara que protege al niño por nacer antes del nacimiento y desde el momento de la concepción.
El gobierno húngaro ignoró los deseos de los peticionarios y pareció ignorar su propia constitución al seguir siendo uno de los patrocinadores de la resolución. Además, mientras unas pocas docenas de países africanos propusieron enmiendas a la resolución que habrían eliminado el aborto y el lenguaje LGBT, Hungría votó en contra de todas las enmiendas.
Sorprendente, ¿no?