El jugador LeBron James y su hijo Dom se quedan atrapados en el espacio digital por una fuerza poderosa y malvada llamada A.I. Para poder regresar a su mundo, y rescatar a su hijo, LeBron tendrá que contar con la ayuda de Bugs, Lola Bunny y toda la pandilla de los Looney Tunes. Juntos se enfrentarán en un emocionante partido de basket frente al “equipo de los malotes”, los campeones digitalizados de A.I. Todos ellos son jugadores como nunca se han visto en la pista y que no aceptan las reglas convencionales, de tal forma que los simpáticos Looneys y LeBron tendrá que sacar a flote todos sus talentos para un desafío en el que se juega mucho más que en un habitual partido.

Siguiendo la estela marcada por la película Space Jam, de 1996, que tenía como protagonista a una estrella del baloncesto como Michael Jordan, y donde se mezclaba acción real con dibujos animados, llega veinticinco años más tarde esta secuela que es más de lo mismo, pero con una animación espectacular.

Muy simpática, la película ofrece la versión animada de LeBron, que tiene mucha gracia, pero también la digitalizada de los divertidos Looney Tunes, capitaneados por Bugs Bunny. Pero al impresionante derroche de creatividad en la animación se une lo que vendría a ser un homenaje y recordatorio de todos aquellas películas y personajes que han convertido a Warner Bross en una de las grandes “Majors” de Hollywood. Porque a estos estudios les debemos títulos memorables de animación como El gigante de Hierro, pero también  películas inspiradas en comics como Superman o Batman, clásicos como Casablanca o monstruos tan carismáticos como King Kong, por citar los más relevantes. Todos ellos tienen presencia en este film de ritmo trepidante donde la estrella LeBron es la protagonista junto con el deporte del que es calificado actualmente como  “el rey”. Sin olvidar como elemento puntual en el argumento los irreductibles vínculos entre padres e hijos, a pesar de que la diferencia generacional hace estragos, en ocasiones, en la compresión entre unos y otros.   

Como en la primera entrega son impagables, y muy graciosas, las intervenciones de los  personajes de los “cartoon” clásicos como Bugs Bunny y personajes como Piolín, Correcaminos, el Demonio de Tasmania o el gato Silvestre, todos ellos con su personalidad. Divertidos dibujos que aúnan a personas de diversas generaciones puesto que gracias a su comicidad no envejecen nunca. Igualmente como demostración de la pasión que despertó la primera película, en esta entrega en el reparto además de la presencia de LeBron, tienen peso en la trama el actor oscarizado Don Cheadle y la bella Zendaya. También debuta de forma apropiada Cedric Joe.

.Para: los que les gustó la primera película, que mezcla acción real, divertidos dibujos animados y baloncesto de primer nivel.