El 2 de febrero celebramos el fin de una batalla importante para la humanidad. La batalla de Stalingrado, que fue decisiva para que Hitler comenzara a hundirse en sus planes de expansión de una ideológica supremacista, racista y apocalíptica. El saldo fue el de cientos de miles de vidas que fueron segadas entre ambos bandos. La batalla más cruel e inhumana de las que se vivieron en la Segunda Guerra Mundial, que ya es. Lo cuenta Carlos Alberto Marmelada en su reciente publicación Stalingrado. La derrota decisiva (Sekotia) en una obra divulgativa para el gran público cuyo principal éxito de ventas es la narración, cercana y llena de elementos novedosos procurados por las nuevas investigaciones que los investigadores ha logrado dilucidar. Una obra que no es especialmente densa pero que por su estructura no falta nada de qué hablar. Ideal para los que quieren iniciarse en esta guerra que supuso un cambio en la humanidad de forma decisiva para entrar en un cambio de ciclo que nos ha traído hasta nuestros días. Si algo supuso esta batalla para la Segunda Guerra Mundial fue precisamente el punto de inflexión para que a Hitler las cosas comenzaran a dársele la vuelta. Una vuelta que no supuso la libertad y la paz definitiva, más bien se convirtió en un nuevo tramo hacia el horror cambiando el signo, porque la Unión Soviética comenzó a forjar su poderío por Europa del Este hasta liberar los campos de concentración y embargando las máquinas eugenesias del nazismo para llevarlas a campos de concentración propios y aplicarlos de la misma manera que hicieran los primeros. Una guerra cruel que contó con una visión absurda por parte de Hitler, que subestimó al ejército soviético; el silencio cobarde de los generales que no se atrevieron a decirle que no sería una campaña de pocas semanas, como presumía Hitler; y un invierno ruso que bloqueó y mató a gran parte de las tropas alemanas por falta de equipación adecuada. Y también, esto hay que dejarlo claro, por el enfrentamiento personalista y soberbio de ambos líderes: Hitler y Stalin, que obligaron a sus tropas a luchar hasta morir, porque si volvían vivos con la batalla perdida, los matarían por alta traición. En definitiva, la historia del sur de Rusia entre junio de 1942 y febrero de 1943, con todos los elementos que confluyeron y que dieron como resultado un hecho histórico de enorme calado, del que no podemos dejar de preguntarnos qué hubiese sido de Europa, y el mundo entero, si los nazis hubiesen ganado Stalingardo... Marmelada responde a esta y otras cuestiones, en las conclusiones de la obra, y puedo asegurarle que no haré espolier porque la respuesta le llamará la atención gracias a los últimos datos de las investigaciones entre Churchill, Einstein y Roosevelt. Tengo el honor de enlazar a los lectores interesados en este hecho de la Segunda Guerra Mundial a un programa de SomosLibro en Radio Ya donde los contertulios Rafael Díaz Riera, Rubén Villamor y Marcos López Herrador hacen aportaciones muy Embajador en el infierno, Homo Legens,relevantes y en la que comparten en directo unos minutos de teléfono con el autor de la obra Stanlingrado. La derrota decisiva, Carlos Alberto Marmelada. No tiene desperdicio. Embajador en el infierno (Homo Legens), de Torcuato Luca de Tena. Un clásico que se ha convertido en viral. Quizá el libro más famoso de Torcuato Luca de Tena. Se trata de las memorias del Capitán de la División Azul Teodoro Palacios, once años cautivo en la URSS. II Guerra Mundial (La Esfera de los Libros), de Martin Gilbert. Toma nota: 56.000.000 de personas en los 2.174 días transcurridos que duró esta guerra. Uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad en costes de vidas y en ideologías espantosas. Un puto de inflexión en el devenir de los hombres, porque nunca antes fue lo mismo que después de la II Guerra Mundial. Mece la pena acercarse y leer este libro que tiene tanto que contarte. El secuestro de Pío XII. La conspiración de Hitler (Ciudad Nueva), de Mariano Dal Bello. Una sugestiva narración de los hechos dramáticos de la Segunda Guerra Mundial a través de los «ojos» de Pío XII y de su gran antagonista, Adolf Hitler, con un estilo que aúna la sólida reconstrucción histórica con el magnetismo del relato. Humberto Pérez-Tomé Román @hptr2013
Sociedad
Stalingrado, 75 años de la derrota que provocó la caída del Hitler
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