Estamos en pleno Sínodo sinodal que el papa Francisco convocó bajo el lema «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión» con el fin de oír a toda la Iglesia a través de sínodos diocesanos en todas las parroquias del mundo, que se vienen celebrando desde el año 2021. El desembarque de las propuestas que se han realizado, están casi todas ellas contaminadas de alguna forma por el sínodo Alemán que, si Dios no lo remedia, terminará en una nueva ruptura por parte de los alemanes en la historia de la Iglesia. Sin embargo, por parte del papa, Francisco, ha puesto mucho acento en el discernimiento entre todo el Pueblo de Dios y ha recordado nada más empezar que el sínodo «no es un parlamento, ni un encuentro entre amigos» y añadió: «sin lugar para la cháchara, la mundanidad y las ideologías», lo que dejaba con esto rotos los puentes que pudieran derivarse de determinadas influencias y derivaciones demasiado interesadas en otros aspectos.

El obispo alemán Stefan Oster ha sido elegido por el Papa para que comunique a través de su perfil de Facebook los avances que se puedan ir dando a lo largo del Sínodo. Pero, hay otro símbolo que debemos destacar: el mismo Oster ha subido una foto junto a Robert Barron, el obispo anglicano católico con más relevancia en el panorama anglosajón y es que estos dos obispos son de aquellos que defienden a muerte la Doctrina de la Iglesia Católica. Asimismo, Oster manifestó con claridad que el Papa no quiere cambiar la doctrina de la moral sexual, ni de la ordenación de las mujeres, pero que eso no quita para escuchar a todo hijo de la Iglesia que tenga algo que decir o preguntar.

Es decir, según los entendidos no se tratarán, por ejemplo, los temas de homosexualismo o la situación de los divorciados, de forma nuclear. Quizá, todo esto vaya por delante, dado que muchas personas temen que este sínodo se convierta en una especie de traición a la doctrina pero por la puerta de atrás, provocando una luxación a los cimientos fundacionales de Cristo, al Depósito de la Tradición y a la Historia de la Iglesia.

El Sínodo va a hacer hincapié en la participación de los laicos en la evangelización, muy especialmente de carácter iberoamericano, porque mucho me temo que las fuentes de revitalización de la Iglesia llegarán desde allí y Europa será tierra de misión

Personalmente, más bien veo que, el Sínodo va a hacer hincapié en la participación de los laicos en la evangelización, muy especialmente de carácter iberoamericano, porque mucho me temo que las fuentes de revitalización de la Iglesia llegarán desde allí y Europa será tierra de misión, de conquista católica, como hace algo más de quinientos años fue lo contrario. También se centrará en la Doctrina Social de la Iglesia, que sin duda es la gran desconocida y que todavía no se ha desembalado desde que León XIII publicara la Encíclica Rerum Novarum en 1891.

Con este motivo, recientemente han aparecido dos ensayos con el mismo título icónico que no ofrecen duda sobre el tema de la Doctrina Social de la Iglesia, pero que se diferencian en el objetivo de su contenido de manera más que evidente. Uno es de Homo Legens (2023), escrito por Anthony Esolen, cuyo subtítulo dice: “Una reivindicación de la verdadera enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, la familia y el Estado”; el otro es de Sekotia (2023), obra de José Andrés-Gallego, que se diferencia en su enfoque más directo y pragmático: «Una misión que cumplir en todo tiempo en favor de una sociedad a medida del hombre y su dignidad».

Puede alguien confundirse a la hora de tomar una decisión sobre cuál elegir, pero es que la DSI es poliédrica, como el ser humano y la sociedad, y no podemos limitarla sin más a un aspecto único. Es importante distinguir una obra de la otra, aunque no se quitan valor el uno al otro porque, en todo caso, son muy complementarios entre sí.

La obra de Sekotia no es un libro apologético ni de combate, sino crítico en el mejor sentido de la palabra. Además, Anthony Esolen se centra especialmente en el matrimonio, en la familia y el Estado. Por su lado, José Andrés-Gallego se centra en la economía, y afronta al equívoco de tratar al Estado como persona física, y advierte con cierta contundencia de las varias carencias de la doctrina social que habría que resolver, deteniéndose especialmente en la crisis iniciada en 2007 y lo que ha seguido hasta hoy.

También se centrará en la Doctrina Social de la Iglesia, que sin duda es la gran desconocida y que todavía no se ha desembalado desde que León XIII publicara la Encíclica Rerum Novarum en 1891

La publicación de Homo Legens ha traducido y publicado el que ya se publicara en 2014 -es decir, no es una novedad propiamente dicha-; aunque supongo que, por lo menos, el prologuista trata de referir la problemática actual en el capítulo de Presentación, escrito por un sociólogo. El título del libro original es: Reclaiming Catholic Social Teaching: A Defense of the Church's True Teachings on Marriage, Family, and the State. El subtítulo que ya hemos citado, es traducción literal del de 2014. Si es, pues, el de 2014, como parece, el libro no debe tratar este sínodo ni la implicación que en él podría mostrar de la doctrina social y, además, en el resumen inglés, se dice que se centra en León XIII, quizá como el referente del origen de la Doctrina Social de la Iglesia. Sin embargo, el de Sekotia, empieza con el Nuevo Testamento y luego en los pontificados a partir de Benedicto XIV (más de un siglo antes de León XIII) que llega hasta Francisco. Ya solo con esto estamos hablando de libros radicalmente diferentes con objetivos casi dispares, que no contradictorios.

La oportunidad de un libro sobre la doctrina social es muy buena, dado que todo el mundo (católico) hablaba de la "sinodalidad" y del próximo Sínodo de Obispos y de la importancia que se le va a dar a la doctrina social precisamente en él. Andrés-Ollero ha reunido, no solo información sobre ello, sino estudios sobre su fundamento teológico y el alcance que se le quiere dar. Así, el planteamiento que se desprende de todo ello implica un sesgo en la doctrina social de la Iglesia que supone cambiar la tradición de los tres últimos siglos de los que habla en el libro. Basta decir que la referencia previa a las encíclicas "sociales" de Francisco, no son las de los papas, sino los documentos finales del CELAM y, especialmente, el de la conferencia en Aparecida en 2007. El libro no habla específicamente de ello, fuera de la imprescindible referencia a la teología de la liberación, que está relacionada con toda la historia anterior. Si llegaran a consumarse tales expectativas, el giro será muy importante y a priori no diría que vaya a ser negativo. La aparente semejanza de ambos libros (Homo Legens y Sekotia), que pueda suscitar en los lectores, es importante, aparte del giro copernicano que pudiera dar el Sínodo a los enfoques más importantes.

No obstante, si estas dos propuestas anteriores son para demasiado cafeteros, existen algunos textos más asequibles que considero imprescindibles para católicos interesados en la catolicidad del mundo. Por ejemplo, Cristianos en la sociedad (Rialp, 2009), de Domènec Melé Carné, es un ensayo breve, cercano y que desde luego hace una introducción a la Doctrina Social de la Iglesia desde una línea muy pedagógica que hará las mil maravillas a jóvenes o iniciados en el estudio doctrinal.