El ministro de Asuntos Sociales, Pablo Bustinduy, promete proporcionarnos muchas satisfacciones. Bustinduy cuenta con una ventaja: su antecesora en el cargo ha sido Ione Belarra y claro, peor que Juanita es muy difícil hacerlo. Ahora se ha inventado, con fondos europeos, naturalmente, la tarjeta-monedero, que se otorgará a los pobres para que compren alimentos.

Pero hay que reconocer que intenta superar Ione. Ahora, don Pablo se ha sacado de la manga las tarjetas-monedero, sí, como la Visa o la Mastercard, pero para pobres -perdón, 'vulnerables'-, para que, con esa tarjeta financiada con fondos europeos, como creo haber dicho antes, ya no tengas que ir a los bancos de alimentos o a otras instituciones, ya sean de la Iglesia o del Estado, para comprar alimentos, sino al súper, como todo el mundo y tirando de tarjeta, como los pudientes.

Es la política onegera del Sanchismo: no creo empleo para que los pobres dejen de serlo y vivan con dignidad, pero les eternizo como pobres dándoles una tarjeta y que se compren algo de comer

En otras palabras, Yolandísima y Bustinduy acaban de inventar la cartilla de racionamiento mientras el atontolinado periodismo español, con sus inconmensurables tragaderas, aplaude con ambas manos tan solidaria iniciativa.

A ver, según la vicepresidenta segunda del gobierno, las nuevas tarjetas van a cambiar la vida de 70.000 familias... que ya no estarán "estigmatizadas" por la pobreza, ¡nooooooo! A partir de ahora vivirán ancladas en la miseria, de por vida.

Es la política onegera del Sanchismo: no creo empleo para que los pobres dejen de serlo y vivan con dignidad, pero les eternizo como pobres dándoles una tarjeta para que se compren algo de comer.

El gran logro del Sanchismo-sumarista es convertir a España en un país de vagos e inútiles, financiados con los impuestos que pagan los que sí trabajan. Para entendernos: el reparto de la miseria. La pereza se convierte en mérito y el esfuerzo en agravio al parado

Sí, el gran logro del Sanchismo-sumarista consiste en convertir a España en un país de vagos e inútiles, financiados con los impuestos que pagan los que sí trabajan. Para entendernos: es el reparto de la miseria, que no de la riqueza, dado que riqueza has creado... tirando a poco. 

Con Yolanda y Bustinduy, la pereza se convierte en mérito y el esfuerzo del trabajador, el autónomo, el profesional o el emprendedor, pasa a ser agravio al parado y al pobre. Total, sólo porque doblan el lomo muchas horas al día, se creen más que los demás.

Señores: un Gobierno no está para repartir alimentos, está para fomentar, que no impedir, que se cree empleo. Y si cumple con esa obligación primero, si consigue el pleno empleo, no habrá necesidad alguna de tarjetas-monedero, que lo único que contribuyen es a crear un país de vagos, es decir, la España que tenemos.

En cualquier caso, Yoli y Pablito han re-inventado la cartilla de racionamiento pero en financiero, con tarjeta. ¿A qué esperáis para aplaudir, pedazo de fascistas?