"Es muy zalamera con sus seguidores. Trabaja mucho, domina la situación y tiene un control absoluto sobre todo lo concerniente a ella", asegura uno de los muchos ditirambos que he leído sobre Taylor Swift. Eso es lo que me preocupa, que más que una cantante, la estadounidense parece una empresaria que cuida su cuenta de resultados con mucho rigor. A lo mejor es por eso por lo que su espectáculo resulta tan impresionante como sus canciones difíciles de tararear.
¿Reina del Pop? Será por un día: una melodía popular tiene una vida más larga en la memoria que un espectáculo tecnológico, por muy sofisticado que este sea
Y este detalle tiene su enjundia. Recuerden que la musica Pop, de la que Taylor es la nueva reina mundial, era la música popular, aquella que ofrece melodías que la gente tarareaba por la calle o mientras trabajaba. Dudo que eso pueda ocurrir con los temas de Taylor Swift. Con una melodía la gente canta, con Swift sólo bailas o, en el mejor de los casos, te contorsionas. Más que música, Taylor es espectáculo tecnológico.
¿Taylor reina del Pop? Será por un día: una melodía popular tiene una vida más larga en la memoria que un espectáculo, por muy sofisticado que este sea.
El espectáculo de miércoles 29 y jueves 30 en Madrid me recuerda la definición de la italiana Oriana Fallaci sobre Madonna: "una pobre chica americana estúpida
Luego está el empeño en elevar a la chica Taylor a la categoría de literata pensadora. Incluso algún suplemento literario le ha dedicado especiales a las letras de sus canciones, como si se tratara de Lope de Vega. La verdad es que lo más profundo que he oído a Taylor es, en su canción 'Todo va bien', el siguiente y brillante mensaje "Casi te pasaste la Luz roja por estar mirándome a mí". Profunda, muy profunda proposición de una corista a quien el pensamiento gringo pretende convertir en filósofa de talla universal.
Eso sí, sus aduladores no dejan de recordarme que el espectáculo de Swift atrae mucho dinero y obtiene mucho dinero. Un elemento de la balanza exterior de pagos para Norteamérica, como fueron los Beatles para el Reino Unido de la Gran Bretaña. Todo de lo más artístico.
Nuevamente, pocos se atreven a decir que el emperador va desnudo. Por eso conviene repetirlo
Swift no deja de recordarme la definición de la italiana Oriana Fallaci sobre Madonna: "una pobre chica americana estúpida". Y eso que hay que reconocer que Taylor es mucho menos escandalosa y mucho menos morbosa, que Louise Ciccone (Madonna), capaz de inyectar veneno en la inocencia con tal de seguir siendo el centro de atención.
En cualquier caso, una vez más, pocos se atreven a decir que el emperador va desnudo. Por eso conviene repetirlo: esta pobre chica enseñanalgas ha colapsado Madrid (que se lo digan a los vecinos del Bernabeu)... lo que muestra y demuestra lo bajo que hemos caído.