Según datos del Observatorio Europeo de la Enseñanza de la Historia, el 46% de los docentes considera que la memoria es poco importante, frente a un 30% que se posiciona entre los que la consideran relevante y los que no.
El Informe General del Estado de la Enseñanza de la Historia en Europa elaborado por dicho Observatorio, una institución formada por 16 países europeos que depende del Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, señaña que, de media, el 54% de los docentes de todos los países da mucho valor a aprender de memoria, más del doble que en España.
Tras los resultados del informe PISA, esta es una muestra más de que somos los más 'listos' de la clase. Y otro ejemplo más del modelo educativo del Gobierno Sánchez, con un alumno tipo vago e ignorante. Pero eso sí, muy sensible.
Recordemos que los creadores de hay que estudiar la guerra del 36 en vez de Guerra Civil, la memoria histórica o la "España plurinacional" en lugar de "España" propusieron en su día la eliminación de los contenidos de la Historia de España anterior a 1812. Y, paso a paso, "step by step" que diría Carolina Darias, llegaremos al prototipo de alumno al que aspira el gobierno Sánchez.
No en vano, volviendo a los resultados del Informe del Consejo de Europa, España es uno de los países donde los profesores más abogan por dar perspectiva de género a la asignatura de Historia (el 49% lo considera importante, el tercer porcentaje más alto). Lo que nos lleva, de nuevo, a la misma conclusión: cambias formación por emociones... y consigues alumnos burros y vagos.
Todo esto sucede en un momento en el que otros países están dando marcha atrás en la educación por competencias. Pero España, la 'más lista' de la clase, apuesta por este tipo de Educación que estructura la enseñanza en diversas competencias clave, que luego serán desarrolladas, y que son las siguientes: competencia en comunicación lingüística, competencia plurilingüe, competencia matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería, competencia digital, competencia personal, social y de aprender a aprender, competencia ciudadana, competencia emprendedora y competencia en conciencia y expresión cultural. Mientras, aparta del camino de los estudiantes los conocimientos de siempre, por ejemplo, en filosofía o números romanos: "No incluimos Filosofía en la ESO porque los alumnos no tienen la madurez suficiente" ni los números romanos porque "no permiten realizar cálculos". ¡Toma ya!
Por último, recoge también El Mundo, los profesores españoles son los que menos confían en los libros de texto, pues sólo el 25% cree que tienen un lenguaje objetivo o imparcial. Mientras que en el resto de Europa el 83% de los docentes utiliza los libros cada día, en España sólo los emplea el 58%. La tendencia predominante es pensar que imponen restricciones a la forma de impartir la asignatura y no cubren las necesidades de los alumnos.
En resumen, justo cuanto el mundo anglosajón, tras el fracaso de la educación de pensamiento, luego de sentimientos, pretende recuperar el esfuerzo memorístico del alumno, diezmado, además, por el efecto Google, nuestros profesores retoman otra de las lindezas progresistas: la memoria no sirve para nada. La nueva generacion digital está de acuerdo: si no me acuerdo de algo ya lo buscaré en Google.