La agencia Fides ha venido recogiendo distintas informaciones sobre los ataques que están sufriendo los cristianos en Tierra Santa. Y más en concreto en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
En la mañana del jueves 2 de febrero, un hombre --definido por los medios de comunicación israelíes como "turista estadounidense"-- irrumpió en la Capilla de la Condena, dentro del Santuario de la Flagelación, en la Vía Dolorosa, en el corazón del barrio cristiano de la Ciudad Vieja, y destrozó una estatua de Jesús arrojándola al suelo y golpeándola con un martillo. El hombre fue detenido y puesto bajo custodia de la policía israelí. En los vídeos de su captura, que circulan por Internet, se oye al vándalo decir a voz en grito que “no puede haber ídolos en Jerusalén, que es la Ciudad Santa”. La información publicada por la policía israelí y difundida por los medios de comunicación locales vincula la profanación a supuestos problemas mentales del vándalo.
La capilla vandalizada forma parte del convento franciscano de la Flagelación, y representa una de las estaciones de la piadosa práctica del ‘Vía Crucis’ que realizan los grupos de peregrinos que, durante su visita a la Ciudad Santa, recorren el camino de Jesús hacia el Calvario el día de su condena a muerte.
La Custodia franciscana de Tierra Santa, tras el ataque a la Capilla de la Condena, emitió un comunicado, firmado por el Custodio Francesco Patton y el secretario Padre Alberto Joan Pari, para expresar preocupación y deplorar “esta creciente secuencia de graves actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana en Israel”. La Custodia habla de “delito de odio”. Y añade: “No es casualidad que la legitimación de la discriminación y la violencia en la opinión pública y en el actual escenario político israelí se traduzca en actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana”.
No es casualidad que la legitimación de la discriminación y la violencia en la opinión pública y en el actual escenario político israelí se traduzca en actos de odio y violencia contra la comunidad cristiana
Al mismo tiempo, en las últimas semanas, los barrios cristiano y armenio de la Ciudad Vieja de Jerusalén han sido testigos de una serie de actos de intimidación contra personas y lugares de culto.
Los episodios de violencia e intimidación contra objetivos cristianos en la Ciudad Vieja de Jerusalén también se han incrementado desde la toma de posesión del nuevo gobierno israelí, dirigido por Benjamín Netanyahu y apoyado por formaciones religiosas ultranacionalistas que empujan el uso de una retórica antiárabe.
Gran parte de la reciente oleada de actos violentos e intimidatorios se ha dirigido contra lugares y habitantes del barrio armenio. El 11 de enero aparecieron inscripciones intimidatorias en los muros de los edificios del barrio, entre ellas los lemas "muerte a los armenios" y "muerte a los cristianos". El 26 de enero, un grupo de unos cuarenta colonos judíos asaltó un restaurante armenio cerca de la Puerta Nueva, gritando consignas sacrílegas contra Jesús. En los días siguientes, sacerdotes y laicos cristianos fueron agredidos con escupitajos y el uso de gas pimienta en las calles del barrio armenio.
Tras el asalto al restaurante armenio, los obispos católicos ordinarios de Tierra Santa emitieron un comunicado en el que deploraban “esta violencia no provocada” que “infunde miedo a los comerciantes y residentes del barrio cristiano, así como a los visitantes”, añadiendo que este incidente era “el último de una serie de episodios de violencia religiosa que está golpeando los símbolos de la comunidad cristiana, y no sólo”. El viernes 27 de enero, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, había visitado a los propietarios del restaurante atacado y de los comercios circundantes, en señal de solidaridad.