La Ley de Bienestar Animal del Gobierno sociopodemita se está convirtiendo en un compendio de prohibiciones cuya aplicación en la práctica resulta, cuando menos, difícil de ejecutar. Vamos con un ejemplo: resulta que la nueva norma del ministerio de Ione Belarra sancionará con hasta 10.000 -ojo- a quien deje, por ejemplo, a sus peces sin supervisar más de tres días. Y es que, el borrador de la ley animalista establece la prohibición de «dejar sin supervisión a cualquier animal de compañía durante más de tres días consecutivos». La pregunta es: ¿cómo se va a comprobar si, en este caso, los peces no han sido supervisados? ¿Acaso está pensando la señora Belarra en la existencia de un 'pez chivato' que informe a las autoridades del abandono? En el mundo Ione, todo es posible.
O, en el caso de perros -y gatos- que deben permanecer, según la misma ley, en casa, con sus dueños ya que prohíbe «mantenerlos de forma habitual en patios y similares» ¿Quién controlará que eso se cumpla? ¿El vecino, al estilo 'vieja del visillo' de José Mota?
Prohibir, prohibir y prohibir, esa es la ley Animalista del Gobierno Sánchez.