Conchita, la vidente de más edad, y una de las dos que aún viven, recibió la noticia de la muerte de Juan XXIII, en San Sebastián de Garabandal, la pequeña aldea cántabra. Entonces le dijo a su madre que la Virgen le había dicho que sólo quedaban tres papas. Bueno, cuatro aunque, uno no contaba.
Lo cual no necesita muchas interpretaciones: Pablo VI, Juan Pablo I (el que no cuenta porque sólo estuvo 30 días de Papa), Juan Pablo II y Benedicto XVI.
¿Y entonces, qué pasa con Francisco? No pasa nada, lo que Conchita interpreta es que la Virgen María le anunció que faltaban tres Papas antes de que empezara la gran tribulación. ¿Tiempos de fin del mundo? No, pero sí tiempos de la segunda Venida de Cristo, que no es lo mismo.
Es decir, que la Gran Tribulación comenzó el día en que Benedicto XVI dimitió.
Es decir, ya estamos en el cambio de era, como diría el Papa Francisco, así como lo que anunciara Juan Pablo II en el santuario de la Divina Misericordia, en Cracovia, precisamente la festividad litúrgica que celebramos el domingo 7 de abril. Wojtyla dijo lo siguiente: "De aquí (de la Divina Misericordia) debe salir la chispa que prepare al mundo para su Última Venida”.