Decíamos ayer... que el mismísimo Elon Musk, el segundo hombre más rico del mundo, al menos de los tasados como tales, detrás del muy progre Jeff Bezos, ha sido condenado ¡por la ONU! a mantener la censura de Jack Dorsey en Twitter. En Twitter, como en Google o en Facebook, sólo se atiende a lo políticamente correcto. Como resulta que en el siglo XXI lo más políticamente incorrecto que existe es el cristianismo... el cristianismo está censurado en Internet a través del gran buscador monopolístico, Google, y de las redes sociales oligopolísticas (Twitter, Facebook y otras).
Pero lo mejor es el argumento de Naciones Unidas que hemos denunciado en Hispanidad y me temo que en pocos sitios más de Internet: si usted permite libertad a los tuiteros se perpetrarán delitos de odio -qué horror!-. Es decir delitos contra el feminismo, el racismo, la ideología de genero o la religión. Curiosamente no existen condena en España por cristofobia o cristianofobia pero no vean la cantidad de condenados que surgen de los tribunales por, mismamente, homofobia.
Es decir, que los delitos de odio, penados en España con hasta cuatro años de cárcel por el artículo 510 del Código Penal, representan la máscara de la nueva censura universal progresista.
Los delitos de odio, son el arma más eficaz de la renacida masonería internacional para imponer en el mundo la censura de lo políticamente correcto... y para castigar con penas de cárcel a los disidentes
Llegará un momento, ya está llegando, en el que no podamos decir nada de nada. Bueno sí, podremos repetir los tópicos falsos del poder. Seremos siervos, no hombres libres... gracias a los delitos de odio.
La conclusión de cuanto digo es muy simple: vayamos por partes, que dijo Jack el Destripador: Dorsey, el creador de Twitter censuró hasta al mismísimo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Se convirtió, como le recordó el senador Ted Cruz, en el hombqeu decidía qué era lo que los norteamericanos podían decir y qué era lo que no podían decir.
Conclusión: hay que defender al millonario Elon Musk. Puede no gustarnos lo que piensa pero sí cómo lo piensa, en libertad. Recuerda a Voltaire: odio lo que dices pero defendería hasta la muerte tu deseo a decirlo. Dorsey cambió la frase: por un me molesta lo que dices así que te taparé la boca. La publicidad como arma... contra Elon Musk.
Tenemos que meternos en la cabeza que vivimos en el progrecapitalismo, sea el de la izquierda o de la derecha clásica. Es decir, ahora las multinacionales son progres
Recuerden: los delitos de odio, son el arma más eficaz de la renacida masonería internacional para imponer en el mundo la censura de lo políticamente correcto... y para castigar con penas de cárcel a los disidentes.
El hombre de Tesla no ha querido ser un eslabón del Nuevo Orden Mundial (NOM)... y pagará cara su rebelión: las grandes firmas retiran la publicidad a Twitter. Google y Facebook están avisados: si se alejan de los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM)... Tranquilos, no lo harán, Google y Facebook son Nuevo Orden Mundial, nueva masonería universal, más satánica en el siglo XXI que en el siglo XX.
Y es que tenemos que meternos en la cabeza que vivimos en el progrecapitalismo, sea de la izquierda o de la derecha clásica. Es decir, ahora las multinacionales son progres.
El caso de Elon Musk recuerda a Voltaire: odio lo que dices pero defendería hasta la muerte tu deseo a decirlo. Dorsey cambió la frase: odio lo que dices así que te taparé la boca
Hata que nos lo aprendamos: los delitos de odio, penados en España con hasta cuatro años de cárcel por el artículo 510 del Código Penal, suponen la máscara de la nueva censura universal y, con ella, del pensamiento único. Llegará un momento, ya está llegando, en el que no podamos decir nada de nada. Bueno sí, podremos repetir los tópicos falsos del poder. Seremos siervos, no hombres libres... gracias a los delitos de odio.
La supresión del artículo 510, introducido por Rodríguez Zapatero, sería muy de agradecer. El PP no lo hará, y Vox no se lo han planteado. Debería.