Dos menores tuteladas, de 14 y 16 años, que permanecieron desaparecidas durante diez días tras fugarse del centro, han denunciado haber sido drogadas y violadas por al menos quince personas distintas.
Una de las menores asegura que fue violada por entre diez y quince personas distintas en dicha ‘casa okupa’ aunque dada la afectación por las drogas ni siquiera podía recordar detalles, caras u otras cuestiones, lo cual dificultó las labores de investigación para identificar a sus agresores.
Según el diario Levante, en total se ha imputado a cuatro hombres de origen marroquí por estos hechos constitutivos de abusos sexuales a menores. Tres de ellos han sido arrestados y el cuarto, que se encuentra en prisión por otra causa que no guarda relación, figura como investigado por idéntico delito.
También el Inspector Jefe de Policía Nacional, Ricardo Ferris, -represaliado por Marlaska- por alertar en su momento de que “a día de hoy, la práctica totalidad de los detenidos por Policía y Guardia Civil son extranjeros", se ha hecho eco tanto de las agresiones a las niñas como del origen de los detenidos.
Debido a la falta de arraigo de los autores, recoge Levante, y en aras de salvaguardar los derechos de las menores, los agentes trataron de determinar la identidad de los autores con la mayor premura posible, ya que los integrantes de este grupo criminal captaban menores de edad ofreciéndoles cobijo en la vivienda que mantenían ocupada en la Safor y les suministraban sustancias psicotrópicas para, posteriormente, mantener relaciones sexuales, tanto con ellos como con otros hombres de la misma nacionalidad que frecuentaban la vivienda.
La Guardia Civil ha destacado la colaboración de la madre de una de las víctimas, quien de ‘motu propio’ quedó con uno de los presuntos agresores sexuales en la estación de tren de Gandia tras hacerse pasar por una menor de edad y tratar de captarla uno de los sospechosos.