Una alumna de 14 años de un centro educativo de Valencia ha suspendido la asignatura de Geografía en el pasado curso solamente por hacer el examen en castellano -su lengua materna- y no en valenciano.
Según recoge ABC, «a la alumna no se le ha calificado en el examen de Geografía y en una anotación al margen en la hoja del examen, el profesor hace constar lo siguiente: No calificada. La alumna no utiliza la lengua vehicular de la asignatura».
La madre de la alumna había presentado una impugnación contra aquella penalización argumentada no por criterios de conocimiento de la asignatura, sino por el idioma. Asimismo, también solicitó que se le entregaran los «criterios de calificación y corrección de asignaturas que vehiculan en valenciano».
No tienen queja del centro educativo -en el que también está matriculado el hermano pequeño de esta alumna- y prefieren mantener el anonimato, con la única pretensión de que dejen expresarse en su lengua materna en los exámenes «para no bajar el rendimiento», tal como han argumentado en sus escritos ante la Administración.
Casos como este nos recuerdan al de distintos centros de Cataluña, como uno en Terrasa, donde se instaba a los docentes a comunicarse con las familias por gestos, antes que en castellano. No es broma.
O aquel colegio público en San Vicente dels Horts que prohibió a la profesora de Lengua Castellana entrar en las aulas sino para impartir su clase de español.