Primero -julio de 2022- fue poner al Opus Dei, única prelatura personal hasta el momento, bajo el paraguas del Dicasterio (ministerio) vaticano del Clero, algo sorprendente porque la Obra es el arquetipo de la laicidad en la Iglesia. Además, en lugar de ordenar obispo al prelado, le nombra “Protonario Apostólico Supernumerario con el título de Reverendo Monseñor”, que debe ser algo espectacular, pero que no da para ordenar sacerdotes, algo curioso porque dentro del Opus Dei sí hay obispos. ¿Comprenden?
Efectivamente, los últimos años están resultando ser muy difíciles para la Obra fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás que, a su crisis interna de vocaciones ha añadido una crisis institucional instigada por los jesuitas, concretamente, por el cardenal Gianfranco Ghirlanda, enemigo jurado de las prelaturas.
De momento, Ghirlanda se está saliendo con la suya. Es más, desde el martes puede añadir una nueva victoria a su palmarés, gracias al nuevo motu proprio del Papa Francisco, por el que modifica los cánones 295-296 relativos a las prelaturas personales. Lo esencial: asimilar el Opus Dei a las “asociaciones clericales públicas de derecho pontificio con facultad para incardinar clérigos”.
Y eso, ¿qué importancia tiene? Mucha, no sólo porque dispare contra la Obra, arquetipo de la laicidad en la Iglesia, sino porque lo hace contra el mensaje principal del Concilio Vaticano II, que no es otro que la llamada universal a la santidad.
Dicho de otra manera, la doctrina de San Josemaría, que los laicos también tienen que ser santos y no sólo los curas, constituye la piedra angular del Concilio Vaticano II y de la historia de la Iglesia en el siglo XX. Convertir al Opus Dei, origen y médula de la laicidad católica en una "asociación pública clerical", además de una injuria innecesaria, supone dar marcha atrás 50 años.
Convertir al Opus Dei, origen y médula de la laicidad católica en una "asociación pública clerical", además de una injuria innecesaria, supone dar marcha atrás 50 años
Ahora, la clave del Motu proprio de Francisco está en los curas numerarios, responsables de administrar sacramentos a los fieles de la ex-prelatura y que obedecen directamente al prelado del Opus Dei. ¿Seguirán formándose en el seminario Romano de la Obra? El prelado, por su parte, se convierte en “Moderador”, con “derecho a erigir un seminario nacional o internacional, así como incardinar estudiantes y a promoverlos a las filas con el título de servicio de la prelatura”. Sólo eso.
Y se preguntarán: todo esto, ¿por qué? Muy sencillo: la soberbia jesuita no podía soportar que un tío con corbata les diera lecciones de teología... y de ciencia. No le den más vueltas.
Ahora, la clave del motu proprio de Francisco está en los curas numerarios, responsables de administrar sacramentos a los fieles de la Prelatura
No sabéis lo que hacéis porque no sabéis lo que deshacéis. Algo parecido podría decirse del jesuita Ghirnalda, que ha logrado su sueño de terminar con las prelaturas personales, con la sana idea de fulminar al Opus Dei.
“Estudiaremos qué consecuencias puedan tener estas modificaciones para la configuración jurídica del Opus Dei, también en el marco de los trabajos que se están realizando con el Dicasterio del Clero sobre la adaptación de los Estatutos requerida en el Motu proprio Ad charisma tuendum, en un clima de comunión con el Santo Padre”, afirmó la Obra el martes, en un comunicado.