La ley que ha legalizado la eutanasia y el suicidio asistido en España sigue produciendo un intenso debate entre la profesión médica. Ante la intención del gobierno social-comunista de crear un registro nacional de médicos objetores de conciencia, Vicente Bellver, miembro del Comité Nacional de Bioética, ha indicado que sería más razonable que el registro recogiera a los médicos que están dispuestos a ayudar a morir a quien lo solicite, recoge Infocatólica de Diario Médico.
Según Vicente Bellver, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia y miembro del Comité Nacional de Bioética, «los profesionales objetores no deben ser estigmatizados» y, por ello, existen «buenas razones» para crear un «registro positivo»; es decir, uno que incluya a profesionales dispuestos a participar en el proceso. En su opinión, «contribuiría a eliminar tensiones en el seno de los centros sanitarios, garantizaría una prestación más efectiva y la continuidad de los profesionales, fueran objetores o no, en el cuidado de los pacientes hasta el final de sus vidas», ha apuntado.
De hecho, ha añadido Bellver, «sería una propuesta mucho más positiva que se crearan equipos especializados en prestar la ayuda a morir», ya que acumularían más experiencia y su activación impediría que los objetores sintieran que «abandonan» a su paciente antes de tiempo, Infocatólica de Diario Médico.
En este contexto, Bellver también ha recordado el debate sobre si la objeción es sólo individual o también existe la institucional, un tema que se está analizando en el Tribunal Constitucional. «Se dice que la objeción es individual, pero eso no quita para que podamos reconocer que las instituciones tienen una conciencia y un ideario», y puede significar que ese ideario «es contrario a que se les imponga la aplicación de la eutanasia». El representante del Comité de Bioética ha señalado la «ambigüedad» que supone que nunca se diga que «la objeción institucional está prohibida».
Los expertos han coincidido en lo importante que resultaría para España la esperada Ley de Cuidados Paliativos, y así poder desarrollar mejor el derecho a los mismos. Pero ello debe ir aparejado a un impulso «real» de esos cuidados y, en la práctica, a una difusión de cuáles son y qué posibilitan, recoge también Infocatólica de Diario Médico.