Ya lo anunciábamos en Hispanidad, el Congreso rechazó la comisión sobre abusos en la Iglesia propuesta por Podemos, pero debatía sobre una 'comisión de expertos'. Y la pasada semana llegaba la ‘Comisión de la verdad’. Con el apoyo de ERCBilduUnidas Podemos, y el Partido Popular, el Gobierno conseguía los apoyos suficientes para dar luz verde a su comisión de expertos independientes para crucificar a los obispos a costa de la pederastia. Sólo Vox tomó una postura en contra de esta monumental hipocresía. 

Esta comisión, por encargo del Congreso de los Diputados, estará a cargo del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo. Este viernes en una rueda de prensa en el Congreso, tras entregar el Informe Anual de 2021 del Defensor del Pueblo, Gabilondo ha pedido la "confianza" de la Iglesia para que participe en la comisión de investigación, “me parece que es mejor que estén para poder colaborar, para aclarar, si queremos que sea un asunto que se afronte de verdad y evitar que vuelva a suceder y para que las víctimas se sientan reconocidas, esto, a mi juicio, llama a que esté presente un representante de la Iglesia católica en esta comisión". Porque Gabilondo es un hombre con sentido de Estado, perfecto para dirigir esta comisión, que busca la verdad, la verdad que a ellos les interese. 

Para el Defensor del Pueblo, varios perfiles deben formar parte de la comisión: asociaciones de víctimas, psicólogos y sociólogos, miembros de la Fiscalía, expertos en Derecho Canónico, criminólogos y algún representante de la Iglesia católica. Es decir, que la víctima suba al patíbulo sonriendo al verdugo.

Recordemos que el secretario general de la CEEMons. Luis Argüello, informó en rueda de prensa que las oficinas diocesanas habían recibido en estos dos últimos años un total de 506 denuncias de abusos a menores en la Iglesia referidos a los últimos 80 años.  Y aclaró: “Son casos que siguen siendo importantes porque creemos que la condición de víctima no prescribe y el pecado cometido tampoco prescribe.” Por eso las oficinas acogen estas denuncias, aunque, por ejemplo, 103 de las denuncias se refieran a personas de las que consta que ya han fallecido, o las más de 300 denuncias que se refieren a casos que estarían prescritos civil y canónicamente.

Y es que con todo esto lo que se pretende es una matanza civil de la Iglesia, obligar a los obispos a pasar por un circo a costa de la pederastia, que insistimos, solo representa el 0,2% de la pederastia total. No se busca reparar a las víctimas, sino desacreditar a la Iglesia.