Hispanidad recogió en diciembre de 2022 que, en Reino Unido, una mujer, de nombre Isabel Vaughan-Spruce, fue detenida por la policía y luego puesta en libertad bajo fianza cuando se encontraba rezando en silencio cerca de la clínica abortista BPAS Robert pero dentro de la “zona de exclusión” prevista por las autoridades locales.
Poco después, en febrero de 2023, Isabel Vaughan-Spruce fue absuelta de todos los cargos por el Tribunal de Magistrados de Birmingham.
Meses después, en septiembre de ese mismo año 2023, la policía retiraba los cargos contra ella y pedía disculpas por el tiempo transcurrido hasta llegar a la decisión de no procesarla por rezar en silencio.
Y la última novedad en este caso es que la policía ha sido condenada a indemnizar a Isabel Vaughan-Spruce con 13.000 libras esterlinas (unos 16.925 dólares, es decir, unos 15.223 euros) por haber violado sus derechos, según informa ADF Intenational, la organización legal cristiana encargada de defenderla.
Vaughan-Spruce ha declarado al conocer que va a ser indemnizada, que “la oración en silencio no es un delito. Nadie debería ser arrestado simplemente por los pensamientos que tiene en la cabeza”. “No hay lugar para la 'policía del pensamiento' de Orwell en la Gran Bretaña del siglo XXI”. Sin embargo, añade, que “a pesar de esta victoria, me preocupa profundamente que esta violación pueda repetirse a manos de otras fuerzas policiales”.
Vaughan-Spruce añadió que “nuestra cultura está cambiando hacia una represión de la diversidad de puntos de vista, y el pensamiento y la oración cristianos están cada vez más amenazados por la censura”.