Hace unos meses, enumerábamos en Hispanidad agresiones de magrebíes contra la mujer. Entre ellas, una violación en Pulpí (Almería) y un asesinato en Zaragoza.

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Pues bien, el detenido por matar presuntamente a su vecina apuñalándola más de 20 veces, Adil Lazizi, de 47, asesino convicto, dijo entonces, en mayo de 2022, que la mujer lo "acosaba" y "quería rollo" pero él, no. Añadió además, según el Heraldo, que ella llamó a su puerta y, sin mediar palabra, le clavó un cuchillo en el costado y él se defendió. Y llegó a añadir: "La he asesinado con dos cojones". 

Ahora, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, Lazizi, ha explicado al jurado que tuvo una relación de varios meses con la joven, incluidos "doce o trece" contactos sexuales. No obstante, matizó que era una relación "secreta". Tan secreta que no la conocía nadie ni hay constancia de ningún tipo. Ni siquiera un mensaje de teléfono cruzado, puesto que ninguno tenía el número del otro. Ni una nota escrita.

"¿Nada?", le preguntó la fiscal. "¡Noo!", exclamó, "todos tenemos un secreto en la vida".  "Lo hemos hecho bien para que nadie lo sepa". Según el mismo diario, el detenido indicó que él puso fin a la supuesta relación porque no quería que se enterara su mujer, una inmigrante a la que había conocido en un taller de costura en la cárcel de Zuera, donde ella estaba cumpliendo pena por tráfico de drogas y él, por asesinato. Adil Lazizi, al salir en su tercer permiso tras 19 años en prisión, decidió no regresar y comenzó a vivir con esta mujer, que lo mantenía con su sueldo de empleada de hogar interna en una casa.

Según su propio testimonio, él no trabajaba porque, dijo, tenía que estar al tanto de que la Policía no lo viera. Pero sí admitió que salía del domicilio para comprar e ir al bar de la esquina, circunstancia que aprovechó para decir que precisamente el día del crimen se había tomado siete copas de cerveza y media botella de Bayleys en casa e iba "muy bebido". 

Adil Lazizi ha repetido varias veces que la víctima era él y que lo que hizo fue defenderse. Mantiene esta afirmación apoyándose en las heridas que presentaba en el lado izquierdo de su cuerpo, una especialmente grave en el costado de la que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Las acusaciones admiten que pudo haber un forcejeo, pero también que se las pudo infligir a sí mismo para fabricarse una coartada. "Sobre todo –expuso el abogadoRafael Ariza– porque sabía lo que le esperaba cuando llegara la Policía y era un precio asumible".

Las acusaciones pública y particular  piden 25 años de prisión para Adil Lazizi por asesinato con alevosía, ensañamiento y reincidencia, pues es la segunda mujer que mata en su vida. 

Mientra, su abogada, plantea que Lazizi y Cristina G. L. "se apuñalaron mutuamente" y que su cliente actuó en legítima defensa. Pero la letrada –que recusó a cuatro mujeres y ha quedado el jurado compuesto por 8 hombres y una mujer– fue más allá y dijo que Lazizi es una "víctima" de las leyes "antihombres" y -destaca el Heraldo- de poco menos que un complot del "sistema" y de un "montaje" de policías, fiscales, jueces y medios de comunicación. "