Ignacio Garralda, Antonio Garamendi, Antonio Huertas y Pilar González de Frutos han hecho piña en la sede de la CEOE
La segunda jornada de la cumbre empresarial organizada por la CEOE -se extenderá hasta el día 25- comenzó este martes con la intervención del sector asegurador que, tras las intervenciones el lunes de los principales banqueros de nuestro país, resultó ser mucho más incisivo en sus exposiciones.
Así, Antonio Huertas criticó el hecho de que las medidas aprobadas por el Gobierno para ayudar a las pymes “son muy inferiores” a las de otros países: mientras en Alemania representan el 52% del PIB, en Italia el 24% y en el Reino Unido, el 21%, en España sólo llegan al 10,7% del PIB. Y eso tiene que ser compatible con el hecho de que los recursos que no sean imprescindibles para atender a los más vulnerables, deben destinarse a la inversión productiva y a la creación de empleo. “Las economías subsidiadas acaban siendo permanentemente pobres”, señaló.
Ignacio Garralda, por su parte, pidió al Gobierno que no suba los impuestos durante la crisis, ya que provocaría una “debacle económica”, y recordó que en Alemania han hecho justo lo contrario: bajarlos. Oiga, que la factura que hay que pagar es muy elevada. Cierto, pero también lo es el hecho de que se puede recaudar más luchando contra el fraude y la economía sumergida, como afirmó el presidente de Mutua Madrileña.
Turno para Pilar González de Frutos. La presidenta de la patronal Unespa aprovechó para reivindicar un clásico del sector: la colaboración público-privada para fomentar el ahorro a largo plazo, es decir, medidas que favorezcan los planes de pensiones privados que sirvan de complemento a las pensiones públicas. “Se requiere permanencia en los estímulos al ahorro y una mejor coordinación entre las pensiones, la salud y la atención a la dependencia”, afirmó.
En definitiva, si el lunes los bancos hablaron principalmente de unidad, diálogo y consenso, las aseguradoras exigieron este martes menos impuestos, ayudas económicas más contundentes y mejor dirigidas, y favorecer los planes de ahorro privados que sirvan de complemento a la jubilación.
Que el Gobierno vaya a hacer algo de esto es otra historia. Lo más probable es que no.