Sol Daurella y Damian Gammell, presidenta y CEO de 'megaembotelladora' europea de Coca-Cola
Coca-Cola European Partners (CCEP) no se cansa de maltratar a España, pese a ser su principal mercado en el viejo continente, pues ha anunciado un ERTE debido a la crisis del coronavirus, pero aún no se sabe a cuántos empleados afectará. Una medida que están tomando muchas empresas, pero en el caso de la ‘marca de la felicidad’ conviene recordar que España junto a Portugal y Andorra (países con los que forma la división de Iberia) aportó 2.784 millones de euros en ingresos en 2019, el 23% del total y un 4,5% más que el año anterior.
La ‘megaembotelladora’ europea que preside la española Sol Daurella ha obtenido un beneficio neto de 1.090 millones (+20%) en 2019, pero este año acumula una fuerte devaluación en bolsa, ha suspendido la recompra de acciones y ha dejado en el aire el dividendo. Su decisión de aplicar un ERTE en España se debe al cierre del canal de hostelería, algo que afectará, en una plantilla de unos 4.300 empleados, sobre todo, a las personas que trabajan en el área comercial y a las de la fábrica de Málaga (80 trabajadores) -dedicada al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías)-.
Coca-Cola debería tomar ejemplo de otras empresas de bebidas, como Hijos de Rivera -dueño de las cervezas Estrella Galicia y 1906, y del agua Cabreiroá, entre otros productos-, que se niega a la suspensión temporal del empleo hasta “como mínimo” el 31 de mayo, según ha comunicado a sus más de 1.000 empleados. Y ojo, a pesar de que el Gobierno ha prohibido los despidos por causas relacionadas con el coronavirus, CCEP no tiene buenos antecedentes en nuestro país: los últimos, un largo conflicto laboral que arrancó en 2014 y acabó en noviembre de 2018, e incluyó despidos, prejubilaciones y cierres de cuatro plantas (entre ellas, la emblemática de Fuenlabrada, pese a que no había razones económicas ni organizativas que justificaran la deslocalización de la producción de Madrid a otras zonas como Barcelona, Valencia o Sevilla.). Además, la crisis del coronavirus podría afectar a las inversiones de 44 millones que tenía previsto acometer en la fábrica de La Rinconada (Sevilla), para convertirla en la más grande de Europa Occidental.